El Centro Histórico vivió la fiesta a un solo grito: ¡Que viva Quito! En cuatro plazas del Casco Colonial, la gente bailaba y aplaudía al son de los ritmos típicos de la ciudad, con bandas de pueblo y cantantes renombrados de la tradición quiteña.
Miles de personas ocuparon las vías y las plazas para celebrar a la ‘Carita de Dios’ que hoy cumple 481 años de su fundación. No importó que no hubiera suficiente espacio, ni que las ideologías políticas fueran opuestas, todos se unieron para cantar a la capital del país.
Una serenata, al estilo de Paulina Tamayo, Margarita Laso, Juan Fernando Velasco y Paco Godoy, hicieron bailar bajo un mismo escenario al presidente, Rafael Correa, y al alcalde, Mauricio Rodas, quienes en días pasados discreparon por la aprobación de las enmiendas.
Ninguno se pudo resistir a las voces femeninas, ni al sonar de los instrumentos de la Orquesta Sinfónica Nacional. Saltaron de sus asientos para bailar al compás de los pasillos, sanjuanitos y albazos.
Hasta ‘Quito de mis anhelos’, interpretado por Tamayo, Rodas no había pisado el escenario. Pero después del famoso ‘Chulla quiteño’, que fue coreado por los miles de espectadores en la Plaza de la Independencia, el primer personero de la ciudad se levantó para gozar de las festividades junto a Correa.
Otros escenarios
Mientras en la Plaza Grande se agruparon representantes de la música tradicional, en San Francisco se vivió la ‘farra’ con artistas tropicales como Don Merardo y sus Players, la Sonora Dinamita y el más esperado, Galy Galiano (estos dos últimos de Colombia).
Los animadores hicieron perder la vergüenza a los quiteños y visitantes. Dos chicos comenzaron a inflar unos globos, mientras tres jóvenes intentaban pronunciar trabalenguas, todo por ver unos minutos al cantante colombiano. Y a la final se lo ganaron.
Quienes quisieron escuchar bandas de pueblo acudieron a la Plaza de Santo Domingo, en cuyo escenario la fiesta no paró al son de trompetas, bombos y platillos. En cambio, en la Plaza del Teatro, se vivió la fiesta flamenca donde el plato fuerte fue el español-dominicano Diego El Cigala, quien decidió homenajear a la capital con lo mejor de su repertorio.
Finalmente, los quiteños más atrevidos decidieron experimentar el Casco Colonial con otras presentaciones que también se vivieron la noche de ayer, pero en plazas más pequeñas, como la de La Merced, donde se puso en escena representaciones de teatro con imágenes reflejadas en la iglesia. (AGO)
