Una madre amante de las motos que le reta a la aventura

EJEMPLO. Karina Román es una madre soltera que da todo por sus hijos.
EJEMPLO. Karina Román es una madre soltera que da todo por sus hijos.

Karina Román es una amante de las motos, pero también una madre entregada a sus hijos.

Todos los días, a las 08:00, el encendido de una motocicleta se escucha en una de las casas de la Urbanización Matovelle, al norte de Quito.

El ‘rugir’ de esta máquina es la alerta de que pronto saldrá a las calles una mujer guerrera, nada temerosa, más bien dispuesta a disfrutar de la aventura de la vida.

Se trata de Karina Román, una madre consentidora de sus dos hijos, Poleth, de 11 años, y Sebastián, de 5 años.

Al salir de su hogar, va directo hacia su trabajo para llevar el sustento a su familia. Es asistente ejecutiva en una clínica de especialidades odontológicas. Allí permanece hasta las siete de la noche, luego de lo cual llega a ver a sus ‘retoños’ para dedicarse a ellos.

“Soy madre soltera, no conviví con los padres de mis hijos, son de diferente papá. Los amé mucho a ellos, pero nunca estuvo dentro de mis planes casarme”, cuenta Kari, como le dicen sus amigos, quien ahora tiene 40 años.

Con un semblante siempre alegre, pero con una figura imponente, por su estatura de 1,76, indica que ha sido difícil la crianza de sus pequeños. Pero no reniega, pues ha sido una “gran bendición de Dios” que su progenitora viva con ellos y les apoye a cada instante, “en las buenas y en las malas”. “Prácticamente es su segunda mamá, está con mis hijos mientras me voy a laborar, si no fuera por ella mi vida sería más complicada”, admite.

PASEO. A esta madre le encanta salir de viaje en moto con sus hijos y su novio.
PASEO. A esta madre le encanta salir de viaje en moto con sus hijos y su novio.

Una pasión sobre ruedas
Kari piensa que el ser madre es un deber irrefutable; sin embargo, también considera que “hay que darse tiempo para uno mismo”.

Y en ese espacio que ha dedicado para ella, es en el que nació la ‘madre motociclista’, quien hace dos años pertenece a una agrupación de motos llamada Tarzan’s Riders adventures. Ella es la única mujer de los siete integrantes.

“Somos un grupo de amigos, también de familiares, que nos encanta la aventura y viajar. Interactuamos con la naturaleza, vamos a las montañas, a las playas del mágico Ecuador: a la Amazonía, a la Sierra”, lo pronuncia con regocijo y aduce que anhelan ir fuera del país.

Sus compañeros –comenta– son personas espectaculares, muy respetuosas, se ayudan en todo, tanto en las ‘rodadas’, como cuando necesitan algo en la vida cotidiana.

“Rodamos para hacer turismo, pero también para realizar obras sociales, por fiestas de otros grupos y más”.

Karina afirma que esta actividad para ella no es un hobby, es su pasión, su vida, su sueño hecho realidad.

“Aunque de niña quería ser de todo (policía, doctora, misionera…), siempre me llamaron la atención las motos. En una ocasión le pedí a mi padre que me comprara una, y como casi todos, me salió con que prefería darme una pistola”. Pero esa arma nunca llegó a sus manos, porque hace tres años adquirió su primera motocicleta. Ahora tiene dos, una grande y una pequeña. Con esta última no ‘ruge’ en las avenidas, pero sí sale a pasear con sus hijos en los tiempos libres. “A Poleth y Sebitas les encanta ir conmigo en este medio de transporte. Cuando voy con ellos a dejarles a sus escuelas, se sienten orgullosos de mí, y sus amigos les salen a recibir. Mi hija quiere que le compre una moto y mi hijo una de batería. Me aman y les amo”, afirma con regocijo.

UNIDAD. Tarzan’s Riders adventures es el grupo de motociclistas al que pertenece Karina Román.
UNIDAD. Tarzan’s Riders adventures es el grupo de motociclistas al que pertenece Karina Román.

Seguridad en lo que hace
“Me enseñaron a conducir motocicleta mis amigos; sin embargo, tengo una jefa en mi trabajo que es a todo dar, y ella me aconsejó ingresar a un curso, además de que esto es obligatorio. Así que le hice caso”. Pero lo que no sabían las calles del Ecuador, es que se iban a topar con una mujer con traje de guerrera. Y es que un sábado ingresó a la escuela de conducción, recibió la parte teórica, y el domingo ya estaba manejando como toda una experta, sin duda, su destino eran las motos.

“Me emocioné tanto, que hasta me puse a llorar, nunca pensé que iba a poder, porque a veces el miedo no nos deja prosperar en la vida, y yo sí tenía temor a pesar de que me encantan las motos”, dice y añade que hasta ahora ha cumplido dos de sus anhelos, tener a sus hijos y tener su moto. Va por los siguientes, viajar en su vehículo fuera del Ecuador y ponerse un negocio. (PT)

En una ‘matada’ le llegó el amor
° Kari no ha tenido lesiones graves en su motocicleta. Aunque cuenta que ha caído fuerte, sus huesos parecen ser de acero, nada grave le ha pasado, por ahí dicen que es ‘Ironwoman’.

Pero en una de esas ‘matadas’, le llegaría el amor. “Un día fuimos en las motos a Oyacachi (cantón El Chaco, Napo). Al regresar a Quito no sé lo que me pasó, quizá me desconcentré. Estaba yendo por una pendiente, por un camino lastrado, y llegué a una curva y por poco me fui al abismo, a un segundo de caer al vacío, me lancé con la moto al lado derecho, me hice pedazos las rodillas, pero me salvé”.

Ahí cuenta lo bueno. “El que ahora es mi novio se asustó y entonces aceleró para poder meter la llanta de la moto de él para que yo me lance. Y como esto ya lo hice antes de que llegue, entonces él se me fue encima y quedamos los dos en el suelo hechos ‘pasa’, sonríe. “Gracias a Dios conocí a un gran hombre ese día, con quien vamos dos años”.

Está en sus planes casarse, pero no por el momento –señala-. Deben estar estables económicamente para eso. No hay apuro, están felices así. Ella quiere seguir dedicándose a sus hijos, a sus aventuras de motociclista y a realizarse como mujer.

FRASES

Yo tengo amigas que son madres solteras, les doy ánimo, les digo que sigan adelante, nosotras las mujeres somos guerreras”.Yo trabajo para mantener a mis hijos, sus papás lamentablemente por el momento no pueden apoyar económicamente porque están sin trabajo”. Karina Román