Teodulo, un personaje que festeja desde el cielo

Recuerdos. Teodulo siempre participó en los sucesos más importantes de su familia.
Recuerdos. Teodulo siempre participó en los sucesos más importantes de su familia.

Consta como uno de los creadores del recinto San Pablo del Chila. Fue testigo de todo el proceso para llegar a la provincialización.

Santo Domingo de los Tsáchilas recoge muchos nombres de personas que fueron testigos de su crecimiento. No todos son reconocidos en el ámbito social, pues; hay que recordar que la gente humilde también puso su granito de arena; para que este territorio se desarrolle con el pasar de los años.

Teodulo Trajano Moreira Zambrano fue uno de los tantos personajes que llegó a esta localidad, pero sin boleto de retorno. Lastimosamente el destino no permitió que festeje este décimo tercer aniversario de provincialización, ya que falleció el 21 de octubre del presente año.

Él nació el 12 de febrero de 1944 en Chone. Sin embargo; desde muy pequeño su familia decidió migrar hasta la tierra Tsáchila y con el pasar del tiempo se sintieron como propios nativos.

Fue en esta jurisdicción del Ecuador donde descubrieron nuevas y prósperas oportunidades para desarrollarse como personas. El amor por esta localidad lo heredó de Isaac Moreira, su progenitor, quien fue considerado como uno de los fundadores y primeros habitantes de Santo Domingo.

Años más tarde participaron en la creación del recinto San Pablo de Chila, zona perteneciente a la parroquia rural de San Jacinto del Búa. En el lugar hicieron muchas amistades, pues; se distinguieron como una familia muy solidaria y colaboradora en todo sentido.

Personaje. Él se enamoró de esta tierra y se quedó aquí hasta el día de su muerte.
Personaje. Él se enamoró de esta tierra y se quedó aquí hasta el día de su muerte.

Su vida

Creció en la tierra tsáchila y fue aquí donde conoció al gran amor de su vida. Jacinta Zambrano es el nombre de su esposa; con quien procrearon cuatro hijos (Stalin, Bertha, Alexander y Guadalupe).

Su familia lo recuerda como un hombre muy cariñoso. De él guardan muchas anécdotas, sobre todo aquellas historias cuando contaba que se bañaba en el río Pove, aguas que en aquella época lucían muy cristalinas y en las que también se podía pescar.

El trabajo siempre lo caracterizó y siempre formaba buenas amistades. Prueba de ello es que colaboró durante 27 años en la empresa Pronaca, donde accedió a su jubilación para después dedicarse, únicamente, a sus seres queridos.

El contacto con la naturaleza y sus animales era algo que le apasionaba mucho. Tenía alrededor de 15 vacas y a cada una le había puesto un nombre, las mismas que con solo un silbido se acercaban a él.