Al inicio apoyó al Gobierno, pero Sebastián Cordero explica las razones que le hacen inclinarse por la oposición.
Con ‘Ratas, ratones y rateros’ se convirtió en una leyenda viva del cine ecuatoriano. Esa fue la primera película de una carrera que lo ha llevado a trabajar con Guillermo del Toro o Sharlto Copley, en locaciones que van desde un pueblo pequeño de Manabí hasta el espacio estelar.
Sebastián Cordero no tiene miedo a dar su opinión política. De hecho, hace cuatro años apoyó abiertamente la candidatura presidencial de Norman Wray. En esta ocasión, conversó con La Hora sobre el actual escenario electoral.
¿Ya tiene definido su voto?
Voy a estar fuera del país el día de la elección, pero si estuviera aquí votaría por Lasso. Tiene que ver mucho con un cierto cansancio de un montón de cosas que se han ido acumulando. He notado un fenómeno: mucha gente se está yendo por el menos malo, en vez de que existan preferencias.
Usted apoyó a Alianza PAIS al principio.
Sí, al inicio les tenía fe. De hecho, miro hacia atrás y pienso que hay cosas muy positivas. Decidir que ahora el liderazgo vaya a otras manos no significa negar lo positivo.
La fuerza que logró Correa a su alrededor es algo admirable, pero es algo muy fácil que se vaya de las manos. Es muy fácil abusar del poder.
¿Lasso es el menos malo?
Siento que, a nivel de ideología, no estoy tan cerca de él. Siempre las campañas han sido feas, pero no me gusta que los candidatos se concentren simplemente en quitarle méritos al otro. Hay que empezar a cambiar la mentalidad acerca de trabajar juntos.
El Gobierno critica a Lasso por haber sido banquero.
Es muy fácil atacar a la banca y a la gente que tiene recursos, y es fácil ponerles en una sola canasta. Si bien, yo soy más cercano al pensamiento de izquierda, sí siento que con un Gobierno que haga bien las cosas y en forma transparente, se puede lograr estabilidad y que las desigualdades no sean tan marcadas. En este punto creo más en los individuos que en el grupo, porque el grupo se ciega muy fácilmente y eso es lo que más me angustia. Yo no era fan de Hilary (Clinton), pero no hubiera dudado un segundo en votar por ella. Nadie es perfecto. La idea de un Gobierno es que pones a mucha gente para que no esté todo a cargo de una sola persona, que puede cometer errores. Lo que no creo es que alguien, por ser banquero, automáticamente es corrupto. Veo que hay una cierta manipulación para llevarle a la gente a pensar de manera muy simple y muy básica. Eso es algo que siempre me ha molestado en Correa, cómo separa y antagoniza a la gente en lugar de lograr una unidad.
¿Qué opinión tiene del otro candidato, Lenín Moreno?
Le conocí y me dio una buena impresión. Mi concepto de él, como persona, a partir de las pocas veces que nos vimos, siempre fue positivo. Lo que me genera bronca es el combo que viene con él. Cuando en Colombia entró Juan Manuel Santos, todo el mundo pensaba que sería como Uribe multiplicado por 10. Y, de repente, fue una sorpresa para todos, empezó a hacer cosas muy sensatas y logró lo impensable. Tal vez con Lenín no tengo ninguna mala impresión, pero no me gusta Jorge Glas, a quien no lo conozco personalmente.
¿Prefiere la alternabilidad?
Creo que es bueno alternar. No pienso que ningún líder deba quedarse indefinidamente, porque sí creo que un Gobierno necesita tener distintos puntos de vista. No creo que exista una visión correcta y una incorrecta, hay maneras de hacer las cosas bien desde varios lugares. Sí siento que el tema de PAIS se ha ido fuera de control, sería muy saludable un cambio.
Usted es cineasta, ¿la gente que participa de la vida pública debe tener una opinión política?
Sí y no. El arte tiene su carga política, aunque trate de una pintura abstracta. Eso no significa que el artista tenga que apoyar a un grupo. Hay casos en que eso se da y otros en que no.
¿Cómo ve el estado de salud de la democracia ecuatoriana?
Siento que está un poco deteriorada, no diría que es un caso extremo. A mí, personalmente, lo que más me molesta es la polarización y la autocensura. (MMD)
Frases
«No creo es que alguien, por ser banquero, automáticamente es corrupto”.
«Tal vez con Lenín no tengo ninguna mala impresión, pero no me gusta Jorge Glas…”.
«Siempre me ha molestado en Correa cómo separa y antagoniza a la gente…”.