Recorriendo los sabores

Cada ciudad tiene sus propios aromas, sabores y texturas; esos que la hacen resaltar de entre todas las demás y Ambato no es la excepción.

En la ciudad se encuentra un sinnúmero de ‘huecas’ en donde se pueden degustar desde los platos más tradicionales, hasta los que de a poco se han convertido en parte de la alimentación rutinaria de grandes y chicos.

En la urbe hay platos tan tradicionales como los famosos llapingachos, pero también hay hornado, están los cuyes de Ficoa, las gallinas de Pinllo, los mariscos de la Rumiñahui, los caldos de Ingahurco, las papas ‘chancrosas’ de la 13 de Abril, todos ellos se han convertido en parte de la gastronomía de la ciudad que tanto llama la atención de quienes visitan a Ambato en sus fiestas. (NVP)

La calle de los caldos

En Ingahurco, específicamente en la calle Venezuela, se encuentran los caldos de 31, papas con menudo y papas con librillo. Uno de los locales más representativos es el de doña Carmen Amancha que lleva alrededor de 51 años con esta tradición.

En la zona los locales abren de domingo a domingo de 07:30 a 15:00 para poder satisfacer los antojos de quienes buscan algo nutritivo para comer y tener energías para su rutina diaria.

Santiago Hernández, cuenta que hace más de 15 años él estudiaba en la Universidad Técnica de Ambato, y cuando tenía receso con varios de sus compañeros “nos escapábamos para venir donde doña Carmen a pegarnos un caldito y seguir con la rutina”.

Menciona que espera que esta tradición no muera, ya que quiere seguir yendo a tomar un caldito de 31 en Ingahurco con sus hijos cuando sea padre.

Chinchulines

La salida oriental de la ciudad, en la avenida Bolivariana en la vía a Baños, se ha convertido en la ruta de los chinchulines. En el sector todas las tardes se puede sentir el aroma de las tripas a la brasa.

Al sector a diario llegan centenares de comensales que quieren un plato especial para salir de la rutina de comer en casa todos los días.

Desde hace unos cinco o siete años en los asaderos de la zona ya no solamente se venden los chinchulines con papas o mote, ahora también se pueden encontrar chuletas, borrego y parrilladas con las que se complace a los gustos más especiales.

En la zona se pueden encontrar platos desde dos dólares y medio, costo que se va incrementando dependiendo del platillo que desea comer, sin embargo, estos no pasarán de los ocho dólares.

Sánduches del Soria

Si llegan pasadas las 10:30 hasta la casa de Yul Soria, es muy probable que ya no pueda encontrar un sánduche del Soria y se quede con las ganas de comer este que se ha convertido en un manjar tradicional ambateño.

En una casa normal con un encantador toque antiguo, ataviada con fotografías de Ambato y su gran pasión por el Macará, los envases en donde vendían confitería italiana, sobre un mueble de madera Yul con mucha agilidad prepara sus sánduches.

El ‘golpe’ de venta es hasta las 09:30 o 10:00, en ese tiempo se puede acabar con todo lo del día. Pero este bocadillo no se sirve solo, pues siempre va acompañado de una morita o una gaseosa de piña tan tradicionales también de lo que representa la ambateñidad. Este local se encuentra en la calle Quito y Sucre.

“Un sánduche de estos me deja tranquilo hasta la hora del almuerzo, cuando no alcanzo a desayunar nada mejor que venir a donde don Soria para tener una comida rápida muy agradable”, dijo Galo Mantilla, asesor comercial.

Un buen ponche

En un remodelado local en la calle Sucre y Montalvo se encuentra uno de los secretos más celosamente guardados de la ciudad, la receta de los ponches suizos. Este es un postre espumoso dulce de color amarillo, cuya elaboración es originaria de Europa, pero que fue importada por Serafín Viera, quien consiguió que un chef suizo le comparta la receta para poder prepararlo acá.

Su historia se remonta a la primera Fiesta de la Fruta y de las Flores cuando se repartió este dulce entre los ambateños que se encontraban en la ciudad junto a sus familias luego del fatídico terremoto de 1949.

“Ya ahora hay ponches en todo el Ecuador, pero ninguno es tan bueno como este de Ambato, de verdad que tiene la consistencia y el azúcar perfecto para que no sea nada empalagoso y quede bien a cualquier hora del día”, cuenta Gabriela Altamirano, que por cuestiones de trabajo viaja constantemente por varias ciudades del país, pero cada que puede sale con su hijo a darse un gustito.

Tradicionales llapingachos

Llegar a Ambato y no comerse unas tortillas en el mercado es como no haber llegado jamás a la ciudad, así lo comenta Elvira Montoya, maestra jubilada que cada que puede viene desde su natal Portoviejo a visitar a sus primas en la tierra de los Tres Juanes.

Ella siempre va al mercado Central en donde ya tiene sus caseras para comer unos deliciosos llapingachos, que suele acompañarlos con hornado y un jugo de guanábana o de coco y mora.

“Siempre los mercados son los mejores lugares para comer la comida tradicional de la ciudad, por eso darse un paseo por aquí es también consentir al paladar”, añadió Montoya.

En el lugar no solamente se encuentran llapingachos, también hay yahuarlocro, caldos de gallina, mote, entre otros que van desde los dos dólares y medio, pero eso si siempre acompañados de un jugo hecho con frutas.