Redacción QUITO
La penalidad agravada de veintinueve años y cuatro meses de privación de libertad, impuesta al ciudadano Sócrates Elí M. Y., por el delito de violación –en perjuicio de su hija de 13 años–, fue ratificada por la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, con base en la intervención de la fiscal de Pichincha, Talia Coronel Molina.
Con argumentos técnicos y legales, la Fiscalía demostró que, en más de cinco ocasiones, Sócrates Elí M. Y. cometió el ilícito y que el último ultraje sexual que consumó en su hija ocurrió a inicios de junio de 2018, cuando la niña ya estaba embarazada.
En consecuencia, el Tribunal de Alzada de la Corte Provincial no dudó de la responsabilidad del ciudadano y ratificó la sentencia condenatoria que le impuso el Tribunal de juzgamiento, en primera instancia.
La Fiscalía comprobó que Sócrates Elí M. Y. consumó el delito de violación en su hija de 13 años. Entonces, la adolescente contó a los galenos que su padre la había violado en reiteradas ocasiones, desde que ella tenía 11 años.
Cuando se dio cuenta del embarazo, le obligó a ingerir pastillas para que le “baje la regla”, con la amenaza de que, si no las tomaba, la madre iría a la cárcel y el hermano menor sufriría mucho.
Según el testimonio de la perito de entorno social, la víctima se retractó de acusar a su agresor, como consecuencia de la presión familiar –en especial la de su madre– ya que el padre mantenía económicamente el hogar.
El informe de la perito psicóloga también concluyó que el retractarse y guardar lealtad al padre es un mecanismo de defensa de la víctima, para sobrevivir en el entorno familiar.
Hechos
A pesar de que la víctima se retractó de acusar a su agresor –hecho presentado como argumento de defensa del procesado– la fiscal Talia Coronel Molina recordó a la Sala Penal que, en audiencia de juicio, se imputó por violación a Sócrates Elí M. Y., con base en pruebas testimoniales y periciales.
Se demostró que el 23 de junio de 2018, por un fuerte dolor en el vientre y un continuo sangrado de varios días, la madre de la adolescente la ingresó a un hospital público en Quito. Los médicos ginecólogos y pediatras detectaron la gestación interrumpida.