Prisión para hermano y padre de pastor involucrado en desaparición de Juliana Campoverde

La tarde de hoy viernes 28 de diciembre, a 72 horas que concluya el plazo de la Fiscalía para recabar pruebas del caso de desaparición de la joven quiteña Juliana Campoverde.
La tarde de hoy viernes 28 de diciembre, a 72 horas que concluya el plazo de la Fiscalía para recabar pruebas del caso de desaparición de la joven quiteña Juliana Campoverde.

Redacción QUITO

La tarde de hoy viernes 28 de diciembre, a 72 horas que concluya el plazo de la Fiscalía para recabar pruebas del caso de desaparición de la joven quiteña Juliana Campoverde, se ordenó la detención de Patricio Carrillo e Israel Carillo, padre y hermano respectivamente del principal sospechoso, el pastor evangélico Johnatan Carrillo, preso en la cárcel de Latacunga.

La jueza de la Unidad Judicial Penal de Iñaquito, Irene Pérez, firmó esta orden por 24 horas “con fines investigativos”. La magistrada considera que “se encuentra en peligro el esclarecimiento del hecho que se investiga” tras confirmarse que ambos abandonaron el país y no justificaron sus inasistencias a rendir sus versiones entre el 21 anterior y ayer.

“Dichas diligencias se solicitaron para aclarar ciertas contradicciones en cuanto a sus versiones rendidas con anterioridad y con la última información entregada por parte del procesado”, señala Pérez.

El transcurso de esta mañana se rastreó una quebrada en el sur de Quito, por pedido de la madre de la víctima, Elizabeth Rodríguez.
El transcurso de esta mañana se rastreó una quebrada en el sur de Quito, por pedido de la madre de la víctima, Elizabeth Rodríguez.

Estas trabas se suman a los retrasaron por 6 años a las investigaciones por parte de 10 fiscales que antecedieron a Soria, quien finalmente, en menos de un año encontró la evidencia de que desde el teléfono celular de Carrillo se realizó la última llamada con el chip del teléfono de Campoverde.

Por ahora, en el transcurso de esta mañana se rastreó una quebrada en el sur de Quito, por pedido de la madre de la víctima, Elizabeth Rodríguez, quien defendió su derecho a conocer la verdad y de que se realicen todos los esfuerzos para encontrar a su hija. Y ella mismo señaló a los responsables de esta búsqueda tres lugares de la quebrada, ubicada a pocas cuadras de la iglesia que dirigía Carrillo y del local que atendía la propia Campoverde hasta la víspera de su desaparición, el 7 de julio de 2012.

Se trató de uno de los últimos esfuerzos de la fiscal del caso, Mayra Soria, previo a la decisión que deberá tomar la próxima semana si llama o no a juicio por “secuestro extorsivo” al principal sospechoso de este caso, el pastor evangélico Johnatan Carrillo.

Este rastreo se realizó por un grupo de agentes fiscales, peritos forenses, policías rescatistas y de una unidad canina. La jornada concluyó sin resultado alguno. Pese a que descendieron hasta el lecho de la quebrada y recorrieron varios kilómetros por las riberas del río Machángara los agentes no encontraron evidencias o indicios de que el cuerpo de Campoverde haya sido arrojado en el lugar.

Esta búsqueda se sumó a las que desde noviembre se realizaron, con excavaciones incluidas, en la quebrada de Bellavista, en el nororiente de la capital, en donde Carrillo confesó que arrojó el cuerpo, pero se negó a reconstruir los hechos; y, a una excavación el lunes anterior en el patio del domicilio de Carrillo, que tampoco dio resultados.

LO QUE VIENE

Para el 3 de enero próximo está previsto que la madre de Campoverde reconozca en la Fiscalía su firma para que prosiga el proceso. Para este fin de semana también se espera resultados de laboratorio si las muestras de sangre encontradas en el domicilio de Carrillo corresponden a Campoverde.