Ángel Llanga mira al techo para intentar recordar ese momento, las imágenes se le vuelven difusas, cuenta que después de encontrar en la calle a su hija muerta, la tomó en sus brazos, gritó, caminó un poco y olvidó lo que sucedió después.
Esta familia vive en Huachi Grande, pero el miércoles fueron a visitar a unos familiares en Tamboloma. Hasta ese día eran cuatro: papá, mamá, Ericka de 2 años y Jefferson de un año y medio.
Ángel tiene 24 años y es pintor, en la mañana tuvo que ir a trabajar, sus hijos se quedaron junto a sus abuelos y su madre que estaba enferma.
Cuando eran las 14:00, el padre volvió a la casa donde ocurrió el hecho, que está ubicada en la vía que va a la comunidad Pucará.
Al llegar se encontró con la peor escena que verá en su vida, su hija estaba tirada en el piso. La niña estaba muerta.
La tomó en sus brazos, gritó y olvidó lo que pasó. “Cuando reaccioné estaba sentado en la cama y mi ‘hijita’ ya estaba tapada con una sábana.
El dolor de esta familia es profundo, desconocen quien pudo arrollar a su hija. El conductor del vehículo causante no dejó rastro.
Por lo general la familia iba a visitar a los abuelos cada 15 días pero debido a la emergencia sanitaria no fueron hace algún tiempo, no pensaron que en esta ocasión perderían a su pequeña.
Suponen que la niña salió de la casa a jugar por los alrededores, nadie se dio cuenta que ella no estaba. No hubo ningún llanto o grito.
Según la Policía Nacional la muerte se dio producto de un accidente de tránsito de tipología no determinada. Se presume que es un posiblemente arrollamiento.
El Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT) hizo el levantamiento del cadáver de Ericka, y realizan las investigaciones para descubrir al causante del siniestro. (APQ)