Los desplazados de la frontera

ALBERGADOS. El hogar de Sandra Vernaza y su familia por ahora es una escuela.
ALBERGADOS. El hogar de Sandra Vernaza y su familia por ahora es una escuela.

El bebé nacido hace dos meses en un albergue, duerme distendido dentro de una tina azul. La mamá, de 18 años, lo mira con ternura y la abuela Santa Vernaza sigue en lo suyo: arrancando hojas de un cuaderno y diseñando lo que parece ser un cigarrillo.

De pronto, un inesperado grito altera el momento familiar. Era el nieto de dos años que deseaba jugar con el bebé. Sandra opta por sonreír. La mamá del recién nacido toma en brazos a su hijo y se va malgeniada al área donde antes era un salón de clases y ahora es el cuarto, sala y comedor de la única familia que por ahora vive en una escuela del cantón San Lorenzo.

En los 57 metros cuadrados de su nuevo hogar (escuela ‘Bahía del Pailón’, del barrio Santa Rosa) se acomodan como pueden. Tres sábanas blancas y dos azules dividen los ambientes, entre las tres literas, la cocineta, la mesa pequeña y las cinco sillas: tres de plástico y dos metálicas.

Una sola detonación

Santa Vernaza, mujer de 40 años, no fue la única obligada a dejar su casa hace 11 meses. En la lista estuvieron María Cuero, Elida Preciado, Luz Páez, entre otras.

Ellas ya regresaron al barrio ‘Las Delicias’, donde la madrugada del 27 de enero de 2018 terroristas del grupo disidente de las FARC, ‘Oliver Sinisterra’ liderado por alias ‘Guacho’ quien fue abatido el viernes 21 de diciembre, activaron un coche bomba.

Ese día fue una sola detonación. ¡Boom! El sonido se escuchó a decenas de cuadras paralelas al cuartel de Policía de San Lorenzo, el objetivo del atentado perpetrado con un carro cargado del explosivo anfo. La onda afectó seriamente a 69 casas. En una dormía Dionicia Arroyo Aguirre, profesora de 54 años.

Once meses después de la detonación, a la mujer todavía le duele el brazo derecho golpeado por un pedazo de bloque arrancado violentamente por la explosión de la pared de la casa prestada.

Debe operarse

Ella en los dos últimos años enseñó en la escuela ‘Eleodoro Ayala’ en la parroquia Palmarreal donde viven 2.300 personas. El caserío está a unos 30 minutos en lancha desde el muelle de San Lorenzo con dirección a Colombia.

Los fármacos y pringues caseros apenas la dejan dormir. El médico le dijo que antes de fin de año la operaba. Eso la tranquiliza, pero su sonrisa que destaca en su rostro negro, se borra cuando recuerda que no tiene casa, pese a que es víctima colateral del atentado terrorista, tal como también lo es Sandra Vernaza.

Desde el atentado, que no dejó muertos pero sí heridos, los vecinos del cuartel policial han vivido una suerte de errante. Unos durmieron semanas donde familiares, 110 en la iglesia ‘mayor’ del pueblo y unos pocos se quedaron en casa.

En la actualidad, 14 viviendas gubernamentales hechas en ‘Las Delicias’ de 50 m2 de construcción con sala, comedor, cocina, dos habitaciones y un baño, ya acogen a familias como la de Luz Páez. En su casa son 11, incluido el hombre 87 años.

Le niegan ampliación

La mujer tiene peros al hablar de la vivienda donada hace tres meses por el Gobierno (196 mil dólares para las 14 soluciones habitacional nuevas y 173.600 en 55 reparaciones).

Afirma que le pidió al responsable de la obra una ampliación para comodidad del abuelo, pero no le hizo caso. Le argumentó que así es el diseño y que no haría cambios. Las vecinas María Cuero y Elida Preciado también se quejan del constructor.

Las que no tienen qué refutar son: la profesora Dionicia Arroyo Aguirre, que no recibido casa y, Santa Vernaza; desempleada y esposa de un jornalero que gana máximo 180 mensuales. Cuando hubo el bombazo Santa estaba de viaje, al regresar a la vivienda que alquilaba ya no valía. Desde ese día duerme con la esperanza de una casa propia, lo revela con resignación la mujer de 40 años con instrucción primaria.

En el censo del 2011 el cantón San Lorenzo reportaba una población 28.180, de ellos solo 13.092 terminaron la primaria o sea el 54,3% de no conocía a la Universidad. En 2010 los sanlorenceños ya eran 42.500, en términos generales, la escolaridad pasó del 5.9% al 7.3%. Y la tasa de analfabetismo bajó de 16,8% a 15,3%.

Para saber

Ayer, 27 de diciembre se cumplieron 11 meses del primer atentado con un carro bomba en la frontera norte del Ecuador