¿Cómo es el escenario actual en el que trabajan los abogados?
Evidentemente existe una nueva institucionalidad. Después de 10 años de de-construcción de la justicia, porque no es que hubo una destrucción sino una de-construcción de la administración de justicia en donde se convirtió a los jueces en actores políticos, pero además en peones del ajedrez del Gobierno, vemos ahora nuevas instituciones y la posibilidad de tener una administración de justicia más independiente.
¿Qué cambios deben establecerse?
Necesitamos un nuevo modelo de gestión que incorpore completamente las nuevas tecnologías. Hoy por hoy resulta impensable que la administración de justicia esté al margen de los cambios tecnológicos que vivimos en todos los ámbitos. Resulta una locura que todavía se siga notificando a los casilleros judiciales físicos, que el abogado tenga que acercarse a la unidad judicial a revisar el expediente cosido y foliado y que no lo pueda hacer a través de su computador. Todos estos cambios se tienen que ir incorporando a la administración de justicia.
¿El cambio de modelo de gestión a cargo de quién está?
Sin duda a cargo del Consejo de la Judicatura. Todavía no entendemos por qué razón se adquirió un sistema por veinte y tanto millones de dólares –Justicia 2.0- y no se lo ha implementado. Todavía no entendemos por qué razón seguimos anclados a un modelo obsoleto de gestión, cuando contamos con nuevas tecnologías que podrían solucionar estos temas de manera muy rápida y eficiente.
¿Es necesario volver al sistema de afiliación obligatoria a los Colegios de Abogados?
Ahí hay un problema constitucional. Creo que más que afiliación obligatoria, sí deberíamos ir hacia un registro obligatorio en los Colegios. (…) Estando prohibida la afiliación obligatoria en la Constitución, pero no se prohíbe el registro; creo que el registro debería realizarse a través de los Colegios de Abogados.
¿Cuál es el aporte de los abogados a la sociedad?
Cuando se habla de derechos, se habla de abogados. Nosotros aportamos desde diferentes ámbitos: desde el Legislativo, desde órganos del Ejecutivo, desde lo judicial. Pero en general nuestra función tradicional es la defensa de derechos.
¿Qué legislación es necesaria adecuar o cambiar para un mejor ejercicio de la profesión?
Tenemos muchas normas que son obsoletas, por ejemplo la propia Ley de Federación de Abogados es una norma que data de la dictadura de (Guillermo) Rodríguez Lara, que además fue emitida vía Decreto supremo; es fundamental que existan gremios fuertes gremios no cooptados por pequeños grupos de amigos que asumen al Colegio de Abogados como una especie de parcela de poder propio; es fundamental que exista renovación gremial, de las directivas. Creo que en ese camino hemos avanzado bastante.
¿Han planteado propuestas de reformas para caminar hacia esos cambios?
En este momento tenemos una Comisión de reformas a la Ley y a los estatutos. Hemos reformado nuestro estatuto (Colegio de Abogados de Pichincha), la hemos adecuado a la normativa constitucional actual y tenemos que plantear reformas a la Ley de Federación de Abogados del Ecuador.
¿Cuán necesaria es la especialización de los abogados en las diferentes áreas?
Es fundamental. El Derecho ha avanzado tanto que ya el pretender dominar un área resulta prácticamente imposible, peor dominarlas todas. Uno de los errores que cometió el anterior Consejo de la Judicatura del doctor (Gustavo) Jalkh, fue eliminar el criterio de especialización y terminan los jueces resolviendo todo de todo. (HCR)