La biblioteca de Ibarra

Enrique Ayala Mora

El antiguo local del Colegio Nacional Teodoro Gómez de la Torre es muy valioso. Albergó por casi un siglo al establecimiento educativo más importante de la provincia y el norte del país. Es un edificio patrimonial de gran importancia, no solo por su tamaño y arquitectura, sino porque ha sido privilegiado escenario de hechos cruciales de la historia. Además, es el espacio ideal para albergar a una gran biblioteca-archivo que merece la ciudad.

Luego de un viacrucis en que el valioso conjunto arquitectónico se libró de ser ocupado por las clientelas del correísmo, ahora lo está recibiendo la Municipalidad de Ibarra. Es la ocasión propicia para que se resuelva destinarlo a una biblioteca y archivo de gran envergadura. El antiguo complejo restaurado sería muy útil y se insertaría adecuadamente en el centro histórico patrimonial de la ciudad.

A la biblioteca-archivo se deben destinar, el bloque de dos plantas que da al Parque Pedro Moncayo, con el tradicional patio en el centro, y el de una sola planta que da a la “Esquina del Coco”, con sus amplias arcadas que rodean al otro patio. El bloque del “Torreón” debería destinarse a un objeto complementario. Fue edificado para fachada de gran teatro que nunca se construyó.

En perspectiva de largo plazo, pensando ambiciosamente en el gran centro cultural y turístico que debemos hacer de la Ibarra del futuro, se debe adecuar en el complejo del antiguo Teodoro Gómez una biblioteca integrada con varios fondos bibliográficos y equipada con los avances de la tecnología. Complementariamente, se debería instalar allí el archivo unificado de los fondos documentales de la ciudad. Y de la provincia, si fuera del caso.

El conjunto arquitectónico es ideal para albergar la biblioteca-archivo. Tiene amplias aulas para salas de lectura y exhibición, tiene mucho espacio para construir repositorios subterráneos y parqueadero, hay grandes superficies en los corredores para muestras y circulación. El salón del colegio, ahora semidestruido y en abandono, puede ser restaurado como espléndido local de reuniones. Varios lugares son ideales para instalar laboratorios informáticos, centros de cómputo y de consulta interactivos, jugos educativos para niños y salas de proyección. Hay también posibilidad de montar una buena cafetería y una tienda especializada.

A la biblioteca deberían ir los fondos del Municipio, de la Casa de Cultura y el antiguo del Colegio, además de las colecciones que se donen para el efecto. El archivo debería centralizar la documentación del Ministerio de Cultura, de los organismos del gobierno, los seccionales y los archivos que voluntariamente le entreguen, como donación o comodato, la Iglesia Católica y personas particulares. Un conjunto así sería un gran centro de cultura en el que se racionalizaría el servicio público, el equipamiento de punta y la promoción de la investigación. El proyecto es complejo, pero perfectamente posible. Manos a la obra.