Juan Montalvo, tierra de los gallos de peleas

Juan Montalvo, tierra de los gallos de peleas
Tradición. En Juan Montalvo se mantiene la traición de la crianza de gallos de pelea.

El 80% de las familias que habitan en el sector se inclinan por la afición los gallos “finos”.

Mira. Jorge Luis Borja es uno de los aficionados a los gallos de peleas. Él habita junto a su familia en el barrio de Miraflores, de la parroquia Juan Montalvo, y tiene un criadero de 50 gallos listos para el combate.

A Jorge le nació la afición por las aves “finas” desde temprana edad, ya que su padre, Hugo, y su hermano mayor, Mauro, ya tenían la tendencia por esta actividad recreativa que viene desde varias generaciones en este sector rural de Carchi.

Así como la familia de Jorge Luis, el 80% de la población de ese sector del cantón Mira se dedican a la crianza y cuidado de las aves de corral, que luego de tenerlo un año son llevadas al ruedo para la riña.

¿Cómo inicia?

En un espacio de cien metros cuadrados, la familia Borja ha colocado varias jaulas de diferentes dimensiones y diseños. Sin embargo, Jorge ubicó dos sitios para contar con un mayor número de ejemplares.

Los pollitos, a los pocos días de ver la luz del sol, son separados de la madre y colocados en una jaula especial, donde reciben alimentación adecuada como es balanceado y morochillo molido.

Para contar con buenas razas hacen diversos cruces de aves, a fin de contar con los mejores ejemplares en los combates.

La preparación para la pelea

Según José Torres, otro de los aficionados a los gallos de pelea, los ejemplares, cuando están a la edad de un año, están listo para entrar al combate. Sin embargo, el dueño realiza actividades previas como la preparación física, así como también cuentan con una celda especial para que haga ejercicios el ave.

El gallo de pelea recibe una ración alimenticia especial: morochillo, balanceado, carnes, vitaminas… serían parte de la dieta.

Los concursos

En fechas especiales, como fiestas de parroquialización o religiosas, el concurso de gallos es parte de la programación para dar realce al acontecimiento, según los lugareños.

En la parroquia Juan Montalvo se construyó un escenario para el “juego de los gallos”. Allí, se concentran todos los galleros de las comunidades cercanas, así como también, de otros poblados de la región norte del país (Quito, Ibarra, El Ángel, San Isidro, Mira…).

Los apostadores están atentos a cada combate. Una vez que pactan las peleas, enseguida sigue el murmullo de los aficionados que alientan al negro, al pinto, cenizo, colorado… cada gallo tiene sus preferencias.

El reloj marca las 21:00, de cualquier fin de semana, e inicia la jornada de riñas de gallos y se extiende hasta que las autoridades de control den la alerta de dejar el inmueble.

Las peleas las pactan con apuestas que van desde los 60 dólares hasta los 500 dólares por lado. Todo depende de la calidad del gallo. (RCJC)

Juan Montalvo, tierra de los gallos de peleasJuan Montalvo, tierra de los gallos de peleas