Quienes filmen el hecho pueden ser penados por la ley. Además, quien esté por quitarse la vida se sentirá más presionado por este hecho.
Una mujer parada al borde de un puente llora desesperada mientras un agente de tránsito la persuade de no quitarse la vida. Finalmente desiste de saltar y es llevada hacia una casa de salud.
El hecho, de principio a fin, queda registrado en video y se vuelve viral. No es la primera vez que un ciudadano saca un celular para grabar un suicidio o un intento; antes que buscar ayuda o tratar de calmar a la víctima.
“Son acciones llenas de morbo que nos llevan a replantearnos el poco respeto y empatía que sentimos entre seres humanos”, dice la abogada Karen Merizalde, quien resalta que este hecho significa una falta al artículo 178 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
“La norma ecuatoriana contempla el derecho a la intimidad personal y familiar. Quien lo viole puede ser sancionado con prisión de uno a tres años”, ratifica Merizalde.
Denuncia de víctima o familiares
La falta puede ser denunciada por aquella persona que intentó quitarse la vida y desertó, porque su intimidad fue vulnerada y en el caso de grabar y compartir un suicidio puede ser la familia la denunciante; inclusive se puede apelar al daño psicológico que -según el articulo 157 del COIP-, es penado con prisión de 30 días a tres años, dependiendo si el grado del daño es leve, moderado o grave.
“A más de la sanción penal se puede seguir un juicio civil, con indemnización, por daño moral”, agrega la experta. Sin embargo, llegar a los autores de este tipo de contenido suele ser difícil debido a la ‘desenfrenada viralización’. “Además hay muchas cuentas de redes sociales falsas, por eso deben existir intervenciones que cambien la cultura social que ha convertido al internet en un medio para difundir fotos y videos íntimos, en todo el sentido de la palabra”, añade.
Refuerza la decisión suicida
Pero además de convertirse en una falta penal, grabar estos episodios puede dilatar la decisión de quitarse la vida de un individuo.
Mariuxi Riofrío, responsable del componente de salud mental de la Secretaría de Salud de Quito, señala que una persona cuya depresión la lleva a plantearse el suicidio, es una persona que siente todo negativo y sin esperanza. “Por tanto al sentirse grabada podría entrar en desesperación y eso haga que cometa el acto”. (AVV)
214 suicidios se registran en Quito, en lo que va del añoPor eso es importante saber cómo abordar estos casos. Aunque lo primero es alertar al ECU-911 o a un miembro de la Policía, el ciudadano puede actuar tratando de calmar a la víctima, pero no interviniendo más allá de eso; mucho menos grabando ya que esto no contribuye a los primeros auxilios psicológicos.
“Sobre el suicidio hace falta sensibilización. Es un tema delicado. Cuando veamos un caso de estos, en lugar de grabar deberíamos acompañar, abordar, acoger a estas personas”. Mariuxi Riofrío, responsable del componente de salud mental de la Secretaría de Salud de Quito.
El suicidio afecta más a adolescentes y hombres
Existe una falta de datos sobre la problemática del suicidio en la capital, pues no existe una página de los entes competentes, a la que se pueda acceder y recopilar cifras.
Así nació ‘Quito Cómo Vamos’, una iniciativa de la sociedad civil que ha levantado información que sirva a las autoridades para la toma de políticas al respecto.
Según el informe publicado por la organización la mayor causa de muerte de adolescentes (12 y 17 años) en Quito es el suicidio y es la segunda causa de muerte entre jóvenes (18 a 29 años), la primera son los accidentes de tránsito.
El 70% de las personas que se suicidan son hombres, dato con el que coincide Mariuxi Riofrío, responsable del componente de salud mental de la Secretaría de Salud de Quito, que explica que esto se debe a que el hombre tiene socialmente establecido el rol de ser proveedor del hogar.
“Es un dato que preocupa sobre el futuro de la juventud en Quito, sumado a que el desempleo juvenil es uno de los más altos en la ciudad”, dice Daniela Chacón, coordinadora de Quito Cómo Vamos y directora ejecutiva de Fundación Tandem.
Chacón resalta que la iniciativa busca tener la información no identificada por lo que no hay comparación sobre cómo son las tasas de suicidios en la capital, por lo que, con el primer informe de Calidad de Vida servirá, para el próximo año, realizar una comparación y analizar qué tan efectivas son las acciones municipales.