Ecuador apoya abaratar remesas pero avisa que no es ayuda para el desarrollo

París

El ministro de Asuntos Exteriores de Ecuador, Francisco Carrión Mena, indicó hoy a EFE que su país respalda la propuesta española de abaratar las comisiones de remesas de inmigrantes, pero se mostró en contra de considerarlas como una fuente innovadora de financiación del desarrollo.

Carrión Mena hizo esas consideraciones al término del taller «Co-desarrollo y facilitación de transferencias de inmigrantes», con motivo de la Conferencia de París sobre Fuentes Innovadoras de Financiación al Desarrollo, que se clausura hoy.

«Las remesas no deben considerarse como nuevas fuentes de financiación, pues son fondos de carácter eminentemente privado, por lo que no pueden ser destinados para planes o proyectos estatales ni como fondos para el desarrollo», subrayó Carrión.

Insistió en que las remesas no deben suplantar «los esfuerzos insuficientes de ayuda al desarrollo de los países».

Pero si que apoyó la propuesta de establecer controles efectivos sobre las transferencias de dinero de los inmigrantes para abaratarlas, pues en muchos casos, en especial cuando esos fondos transitan por canales ajenos al sistema financiero oficial, las comisiones pueden alcanzar hasta el 10 por ciento, dijo.

Para evitar que los fondos transiten por esas vías alternativas, el ministro abogó porque los países receptores de emigrantes fomenten políticas de regularización y, en su discurso, puso como «caso ejemplar» la efectuada en España en 2005.

«El caso de España es ejemplar por su excepcional proceso de regularización», afirmó Carrión, quien estuvo como embajador de Ecuador en Madrid durante cinco años y luego, desde hace sólo cuatro meses, pasó a ocuparse de la cartera de Asuntos Exteriores de su país.

Ese proceso de regularización, del que se beneficiaron 141.000 ecuatorianos, según Carrión, generó el afloramiento de una economía subterránea, que es «bueno» para España y su seguridad social y para Ecuador, así como para los inmigrantes

El fenómeno migratorio, que marca «junto al terrorismo» el comienzo del siglo XXI, «no es un problema, sino un fenómeno que tiene problemas», pero que bien gestionado es «positivo» para el país de origen del emigrante y para el receptor del mismo, dijo.

El reto ahora para Ecuador es generar condiciones económicas atractivas para que vuelvan sus inmigrantes, que representan en torno «al 14 por ciento» de la población colombiana, añadió.

Para eso necesitan ayuda del exterior en forma de proyectos de co-desarrollo económico.

Otro reto es lograr que las remesas enviadas por los inmigrantes se destinen más a la inversión, ya que actualmente representa sólo un 20 por ciento, mientras que la mayor parte, en torno al 60 por ciento, va a los gastos cotidianos.

Precisó que Ecuador ingresó en 1.200 millones de dólares en 2001 en se concepto y 1.800 millones en 2005, lo que supone la segunda fuente de ingresos del país tras el petróleo y cerca del 10 por ciento del PIB.

EFE