Cuidadores de carros crean inseguridad en la ciudadanía

Espacio. En la avenida El Rey se colocan varios vigilantes.
Espacio. En la avenida El Rey se colocan varios vigilantes.

Después de los tres meses de confinamiento absoluto que vivió la ciudadanía, hubo un crecimiento de trabajadores informales quienes debido a la falta de empleo se tomaron las calles.

Entre este grupo están los cuidadores de vehículos, que se apropiaron de distintos sectores de Ambato para cobrar los parqueos, incluso en los sitios donde rige el Sistema Municipal de Estacionamiento Rotativo Tarifado (Simert).

La intervención de estas personas preocupa a la ciudadanía, no solo porque deben pagar el doble sino también porque se sienten inseguros.

Testimonios

Julio Zapata estaciona casi todos los días su vehículo en las calles Primera Imprenta y Maldonado, en el centro de la ciudad. “Entrego productos cerca de aquí y dejo mi carro con el tiquete del Simert, hasta antes de la pandemia no había cuidadores, pero ahora está lleno de ellos. El problema no es que quieran trabajar sino que son groseros, prácticamente algunos te obligan a darles dinero, y por temor hay que pagarles”, dijo Zapata.

Según el ciudadano Alex López, la semana pasada estacionó su vehículo en la calle Maldonado y Cevallos. “Yo me aseguré de que la puerta esté bien cerrada, ahí se quedó una chica junto a la camioneta, supuestamente cuidándola, me demoré 15 minutos, cuando volví la puerta estaba abierta”, mencionó el ciudadano.

Avenida El Rey

Otro de los sitios donde hay este conflicto es en la avenida El Rey donde está prohibido que los carros puedan estacionarse, sin embargo, al no existir otra alternativa las personas lo hacen todo el tiempo para ir a comprar los artículos en las tiendas de repuestos y accesorios de vehículos.

También, después de la cuarenta varios cuidadores se tomaron el sector, los vecinos del sitio dicen que la gente tiene miedo de dejar sus autos.

“Nos sentimos inseguros y nuestros clientes también, no decimos que todos sean delincuentes pero son groseros y a las personas les da miedo”, dijo uno de los moradores que prefirió mantener su nombre en reserva por temor a represalias.

Mayra (nombre protegido) es venezolana, tiene 23 años y llegó a Ecuador hace ocho meses, al inicio tenía un trabajo atendiendo un almacén, pero después de la pandemia se quedó sin empleo.

“Nosotros venimos a cuidar y no le hacemos daño a nadie, solo queremos trabajar, tenemos familias, hijos que deben comer”, comentó la mujer.

Autoridad

El coronel Jaime Amores, jefe del subzona de Policía de Tungurahua, manifestó que este es un problema social de personas que no tienen trabajo o están en condición de calle.

“Lo que nosotros manejamos es un catastro de cuidadores que nos sirve para prevenir o investigar delitos, manejamos fotos y nombres de estas personas pero no tienen la potestad para decir que están avalados por la Policía Nacional porque esa no es nuestra función”, dijo Amores. (APQ)

EL DATO Algunos cuidadores entregan tiquetes y cobran hasta un dólar.