En las ferias informales que se desarrollan a lo largo de la ciudad se puede observar la venta de carne de pollo, res y cerdo, productos que permanece a la intemperie y ponen en riesgo la salud de los consumidores.
Muchos de los vendedores trasladan la carne en coches, carretillas e incluso en canastas de plástico, las mismas que son colocadas en el piso hasta que alguien las compre.
Situación
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), después de la matanza de un animal debe procederse al enfriamiento de la carne lo más rápidamente posible, independientemente de su destino final, además, debe existir una cadena del frío ininterrumpida desde el matadero hasta el consumidor.
Para el médico Luis Garzón es necesario que todas las personas que laboran expendiendo cárnicos tengan permisos sanitarios y cumplan con las normas de higiene adecuadas, ya que consumir carne en mal estado puede desencadenar un sin número de problemas en los consumidores.
“Los perros e insectos que están en las calles son factores contaminantes para los productos comestibles, incluso, la misma persona que los expende en caso de padecer alguna infección intestinal u otra enfermedad puede ser un vector contaminante”, indicó. (RMC)