Para los habitantes de Izamba es un secreto a voces que el consumo de alcohol en la parroquia es un problema de todos los días.
“Aquí de manera clandestina se vende licor artesanal y sin registro sanitario sin miedo a nada, pero no se puede decir ni hacer nada porque quienes infringen la ley salen más enojados todavía”, puntualizó Anabel C., moradora del centro de Izamba.
Daniel Jiménez, quien vive en un conjunto habitacional de la zona, señaló que este problema es habitual y que a pesar de los operativos y controles que pueden hacer las autoridades es algo que no se logra detener.
Temor
Mientras tanto Miguel S. dijo que este problema se agudiza los días de feria, pues los estibadores luego de su trabajo se dedican a beber.
“Un día por saber le pregunté a uno de los cargadores cuánto necesitaba para poder beber y como me conoce porque de vez en cuando me ayuda con ciertos mandados, me dijo que una botella personal de agua le cuesta entre 40 y 50 centavos, y con una de esas ya puede estar tranquilo”, comentó que joven microempresario.
Este problema del consumo del alcohol ya ha cobrado varias vidas y para muestra un botón, según Miguel, es lo que pasó la semana pasada en la calle Rafael Darquea del barrio San Francisco cuando un sujeto aparentemente luego de beber unas copas de más se detuvo en la vereda a dormir y no volvió a despertarse más.
Lourdes Chicaiza, moradora del sector, señaló que en el barrio ya se habrían dado otras muertes el año pasado por el mismo problema. Ella añadió que en una de las casas del sector se vende alcohol artesanal, pero cada que llega la Policía ellos simplemente cierran la puerta y esconden toda la evidencia.
Autoridades
Daniel Castro, presidente de la Junta Parroquial, señaló que se están haciendo operativos conjuntos con las autoridades de control para prevenir este particular.
Asimismo señaló que se está trabajando con los barrios para que se cree conciencia de la importancia que es cuidar la salud y todo lo que acarrea el alcoholismo.
El capitán Luis Rubio, jefe del circuito Izamba, comentó que se están realizando los operativos correspondientes para controlar este problema, que a pesar de los controles que se hacen la gente no hace conciencia de lo destructivo que es este negocio.
“Es algo rentable si se cuenta las botellas de licor que venden al día, por eso nosotros estamos intensificando los controles para evitar que este problema acarree más inconvenientes a la parroquia”, puntualizó Rubio. (NVP)