Una semana después de haber recibido terapia a lomo de caballo, el hijo de Ruth Bravo empezó a mejorar su motricidad. Cuando lo hizo tenía 4 años, el mismo tiempo desde que su mamá se enteró que llegó al mundo con retraso psicomotriz a causa de una infección cerebral.
Aceptar que su bebé estaría en el grupo de personas con discapacidad, fue una de las decisiones más difíciles. Ahora él es parte de los 2.277 esmeraldeños de entre 0 y 17 años con discapacidades auditiva, física, intelectual, lenguaje, psicosocial registrados en el Consejo Nacional de Igualdad de Discapacidades (Conadis).
Del grupo provincial 130 acuden cada semana al Centro de equinoterapia municipal ubicado en el balneario Las Palmas de la ciudad de Esmeraldas. En el lugar cinco caballos y 10 terapistas trabajan de lunes a viernes para mejorar los problemas físicos o psicológicos de los pacientes que no superan los 18 años.
Recuperados
Entre los pacientes está el hijo de Patricio Arce Minda, quien nació con encefalitis o inflamación cerebral. A él los médicos le daban pocas probabilidades de vida, pero el niño de cinco años los contradijo. “Luego de recibir el alta en Quito mi niño no podía caminar pese a que tenía 4 años, sus músculos eran débiles, ni siquiera se paraba, pero ahora camina, corre y domina su cuerpo en un 90%”, testimonió el papá.
Basado en su experiencia familiar decidió sugerirle a sus estudiantes del séptimo ciclo de Contabilidad y Auditoría de la Universidad Técnica ‘Luis Vargas Torres’, que dentro de su jornada de vinculación con la comunidad escojan al centro de equinoterapia para ese fin.
Los 39 universitarios acogieron la sugerencia. Todo empezó hace dos meses cuando realizaron diversas actividades económicas que les permitieron comprar insumos alimenticos para los cinco caballos; la donación durará unos 30 días.
Esfuerzo físico
“También necesitamos monturas y frenos. Pero la comida la necesitan siempre. El esfuerzo físico del animal es fuerte, no solo lleva sobre su lomo al paciente sino al terapista”, detalla la responsable del Centro Rosaura Barret.
Revela que por la alta demanda de pacientes que incluye a los que sufren de Parálisis Cerebral Infantil (PCI), diplejía (parálisis de la mitad del cuerpo), problemas de conducta y baja autoestimas, necesitan más caballo y terapistas, para evitar postergar citas terapéuticas gratuitas.
Durante la donación de los insumos realizada el jueves, los universitarios realizaron figuras de caballos sobre balsa china, se pintaron los rostros, simularon ser payasos y animadores, todos para que los niños especiales sonrían: los infantes le dieron mucho más…cantaron, bailaron y los fundieron en espontáneos abrazos.
Acto de corazón
“Lo hicimos como un acto de corazón; fue una gran experiencia”, destacó el universitario César Cagua. “No solo formamos a los jóvenes en el campo profesional, sino humanista”, agregó el decano de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas, Ernesto Gutiérrez Vallejos.
Entre los espectadores los hijos de Ruth Bravo y Patricio Arce, quienes afirman que sus proles a lomo de caballo han evolucionado positivamente en sus discapacidades que en ocasiones lo limitan en las interacciones con otros niños, pero no con aquel animal de cuatro patas que los pasea mientras observan el mar. (MGQ)
¿Qué es la equinoterapia?
La Equinoterapia es un método integral y complementario que utiliza al caballo y su habitad como medio para la rehabilitación, educación y reducción de las personas con necesidades especiales o portadoras de una discapacidad, mejorando la calidad de vida partiendo de las capacidades personales, potenciándolas al máximo.