Otavalo, La Hora
Las lluvias repentinas en la parroquia Selva Alegre provocaron inundaciones. Los moradores se dieron modos para sacar el agua de sus domicilios, mientras que en las comunidades hay el temor de que las cosechas se pierdan.
En la carretera Otavalo – Selva Algre, las cunetas se llenaron de agua que desembocó en una quebrada. La congestión vehicular fue evidente en la vía y los estudiantes que salían de la escuela tuvieron que sortear varios inconvenientes para llegar a salvo a sus casas.
Al filo de la carretera existe una gran cantidad de personas que se dedican a la fabricación de bloques, pero por el temporal las actividades se suspendieron. Esto, para Segundo Moreno, propietario de una bloquera, le significa pérdidas de 30 dólares diarios.
Señaló que justamente ayer adquirió dos volquetas de tierra que estuvieron a punto de esfumarse si no colocaba un cerco con tablas, para impedir que las lluvias acarreen la tierra.
Con la temporada invernal también se agudizan los problemas en el sistema de alcantarillado, que en varias ocasiones colapsa y las aguas servidas ingresan a las casas.
Las recomendaciones
El Cuerpo de Bomberos de Otavalo no recibió ninguna llamada para atender el sector. Sin embargo, pidieron a la población estar alerta ante posibles incidentes por las precipitaciones.
La última inundación registrada por los miembros de la Casaca Roja fue en septiembre del año pasado. Al momento, cuentan con cuatro bombas para atender cualquier emergencia. Además de las herramientas manuales que les sirven para limpiar las alcantarillas, que es donde se concentra el agua.
Segundo Yacelga, cabo bombero, dijo que los sectores con mayor vulnerabilidad para las inundaciones son la comunidad de Araque, Peguche, el sector de San Eloy y Selva Alegre, que son sitios que tienen quebradas y acequias.
Entre las recomendaciones está que las personas limpien los sumideros, los techos, no arrojar la basura cerca de las alcantarillas y llamar al 102.
El mismo problema
Fernando Carvajal, mecánico del barrios Los Lagos, dijo que las aguas lluvias bajan de dos barrios de la parte norte, porque no tienen por donde desviar el agua que se acumula en su taller y afecta la maquinaria. Lo que es más grave no cuentan con la red de alcantarillado.
Señaló que este problema se repite cada vez que llueve y nadie hace nada. El Municipio se comprometió a apoyar, pero todavía está en carpeta esa ayuda.