Vivir a la sombra de un volcán

Patricia Mothes disfrutando del trabajo de campo en el volcán Tungurahua.
Patricia Mothes disfrutando del trabajo de campo en el volcán Tungurahua.

Para muchos, dedicar la vida a los volcanes es una alternativa fuera de lo común y que se inclina hacia lo extremo. Pero para Patricia Mothes, vulcanóloga estadounidense del Instituto Geofísico Nacional (IG), su trabajo es “formidable y como cualquier otro”. Pero este trabajo, quizás, no es tan fácil como se podría creer.

Mothes es una de los sobrevivientes de la explosión en 1993 del volcán Galeras, ubicado al sur de Colombia. La erupción se dio inesperadamente mientras varios vulcanólogos estaban en el interior del cráter. Seis de ellos fallecieron. Mothes asegura que fue la situación más extrema que ha experimentado. “De repente, empezó un tremendo zumbido.

Yo pensé: ¡Dios mío, un avión de guerra! Pero después de un minuto y medio ya nos dimos cuenta -mi amiga Marta y yo- que era algo muy grave. Había varias personas adentro.

Nuestros amigos estaban gritando: ¡Ayuda! Bajamos pero era muy riesgoso, ¡mi adrenalina estaba muy alta! y debíamos empezar el rescate. Enfrentando todos los riesgos, la vulcanóloga estadounidense logró salvar a varios de sus colegas.

Los riesgos del Tungurahua
Patricia Mothes vivió otra situación sumamente extrema en el año 2000. En esta ocasión, fue en el volcán Tungurahua.
Ella y su equipo ascendieron a dar mantenimiento a varios instrumentos de medición cuando de repente una explosión del volcán les sorprendió.

“Tratamos de escondernos, pero no había como protegerse ¡Era tremenda la bulla, como el sonido de por lo menos diez mil volquetas bajando su material hacia nosotros!”

Así relata algunas de las experiencias que para ella son parte de su diario vivir. Concluye diciendo, con una gran sonrisa en su rostro, “ya salí de todas, ¡tengo más vida supuestamente!”

¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?
Con una energía increíble y un entusiasmo que contagia, Mothes disfruta todo de su trabajo. Asegura que le apasionan la recolección e interpretación de datos, ya que permite hacer una evaluación del estado actual de los volcanes. El volcán que más le ha cautivado es el Cotopaxi.

Recientemente, el Instituto Geofísico publicó un gran estudio sobre el Cotopaxi que incluye la recopilación de 25 años de trabajo. Orgullosamente Mothes confiesa su entrega hacia este coloso. “Yo he dedicado mucho tiempo tratando de entenderle. Y la verdad, es un volcán que hay que tomar muy en serio en caso de una futura erupción”.

En contacto con la naturaleza y la gente
Patricia Mothes es una persona muy sociable y llena de simpatía. Asegura que le encanta estar en contacto con la gente de las poblaciones cercanas a los volcanes. Por ejemplo menciona a los ‘vaqueros’ del Cotopaxi. “Ellos se sacan el sombrero como caballeros frente al volcán”. Admira profundamente su nivel de respeto y considera que son un modelo a seguir.

“Se debe salir al campo con la mente abierta a las enseñanzas de la naturaleza. A los volcanes hay que entenderlos. Cada uno tiene su propio reloj y no siempre es fácil descifrarlo”, afirma.

Patty, como la conocen en el Instituto Geofísico, es figura por su valentía, sencillez y carisma. Así lo asegura Pablo Samaniego, vulcanólogo del IG: “es una mujer extremadamente dinámica. Trabajar con ella es tremendamente interesante porque le pone muchas ganas a lo que hace. Hablar del Geofísico en algunas zonas como el Cotopaxi y Tungurahua es hablar de Patty. Es una especie de símbolo del Geofísico”.

Conozca
Datos

>> Patty trabaja en el Instituto Geofísico (IG) desde 1987. Monitorea a 12 volcanes y los movimientos tectónicos de todo el Ecuador.

>> Orgullosamente afirma que con un arduo trabajo en equipo y años de dedicación, el IG ha logrado instalar la primera red de sismógrafos a tiempo continuo en el país.

>> Con su labor el IG se ha constituido en un referente de toda América.

CUALIDADES DE UN VULCANÓLOGO
Patricia Mothes considera que, en primer lugar, es vital una adecuada preparación académica en ciencias naturales al igual que en geofísica, si es posible. Afirma, además, que no se debe olvidar las cualidades humanas para entenderse y comunicarse bien con la gente local, ya que el trabajo de un vulcanólogo está ligado a la interacción con las personas.

“Hay que tener la humildad y el afán de trabajar en equipo. El éxito del Instituto Geofísico, creo que es ése. Somos un grupo que trabajamos juntos y amamos lo que hacemos. Lo importante es tener una pasión por el trabajo y mucha energía”, culmina.

Innovadora página web
El Instituto Geofísico ofrece una dinámica página web, http://www.igepn.edu.ec/, en la que se puede acceder a todo tipo de información actualizada sobre sismos y volcanes. ¡Visítala!