Por la intervención del régimen narco-comunista venezolano en las elecciones de EEUU, debemos presumir que todas las «elecciones» en Latinoamérica, donde ganan los partidos vinculados al narco-comunismo, dirigido por el Foro de Sao Paulo, son elecciones fraudulentas, a partir de que Chávez, el ideólogo del fraude, en el 2000, ganó con el 60% de «votos» a Arias, más todas las gobernaciones y alcaldías. 2004: con el 59% de «votos» ganó 22 de 24 estados, 85% de alcaldías, 6 de 8 gobernaciones. 2005: ganó 165 escaños en la Asamblea Nacional. Por eso defienden la «legitimidad» de las «elecciones» y se adelantan a felicitarse por los resultados, cuando aparece un ganador vinculado al narco-comunismo. En Ecuador, -si no se desarma la estructura constitucional narco-comunista, eliminando las funciones: Electoral; de Transparencia y Control Social; eliminando el CPCCS; transfiriendo a la Cámara de Senadores sus atribuciones; transformando el CNE en Tribunal Supremo Electoral, integrado por delegados de las organizaciones políticas; modificando la Asamblea Nacional por Congreso Nacional bicameral, constituido por un senador y un diputado por provincia; integrando el Consejo de la Judicatura con miembros escogidos de las ternas que envíen las escuelas de Derecho, de las 5 universidades mejor puntuadas en el país-; podrán perder las elecciones los narco-comunistas, pero la estructura del totalitarismo putrefacto, seguirá parasitando el Estado y más temprano que tarde volverán. Lo hicieron en Argentina, Bolivia, lo están haciendo en Chile; lo harán en Ecuador, si el próximo mandatario no dispone de acuerdo al Art.104 inc.2do CR, en su primer Decreto Ejecutivo, que se convoque a Consulta Popular para reestructurar el Estado, conforme a las preguntas que ya están admitidas por la Corte Constitucional, mediante Dictamen 7-19-RC/19 y otras que considere convenientes. No hacerlo, es una monumental irresponsabilidad histórica.
