Las prisiones del país

POR: Laura Benítez Cisneros

La historia del sistema penitenciario de nuestro país es deplorable y trágica de contarla. La privación de la libertad por los delitos cometidos por los reos son secuelas del sistema que marca su vida. A esto le argumentamos las condiciones infrahumanas con las que son tratados, que van en contra de la dignidad humana de cada individuo privado de la libertad.

Suponemos que la mayoría de ellos entra a la cárcel con la finalidad de recibir rehabilitación y enmendar el delito que han cometido, pero eso no sucede y al contrario salen a la vida diaria a seguir delinquiendo y retornan de nuevo a la prisión.

Esta gente necesita con urgencia ser rehabilitados mejorando su forma de vida, ser tratados de igual a igual sin privilegios ni condiciones de ninguna clase, mejorar su permanencia y la situación de la misma ya que la adquirieron por su propia voluntad. La recuperación de un recluso depende de sus principios y formación como persona. Hay excepciones que hasta en películas pasan donde un reo llega a obtener un grado de recuperación y arrepentimiento por el delito que cometió.

En la década pasada del gobierno anterior se construyeron algunos recintos penitenciarios y se los mostró como ejemplo de un cambio, pero únicamente fueron una fantasía. Hoy en día nos enteramos por los medios de comunicación que detrás de las paredes de esos edificios existen fallas que demuestran la falta de calidad y caridad humana con la que realizaron esos contratistas, como lo es el caso de Latacunga.

Ahí se les olvidó hacer unos estudios precisos y prolijos en este centro carcelario, que no dispone de agua potable y para un solo pabellón dos baños y sin agua. Son lamentables las condiciones humanas en las que vive esa gente.

Es urgente y necesario que el gobierno haga una declaratoria de emergencia para entrar con mano firme en una reforma integral del sistema carcelario. En los últimos años, con el método corrupto y descompuesto de parte de las autoridades penitenciarias el sistema a cambiado sin control.