Origen de la Navidad

La Navidad es una de las fiestas más relevantes del cristianismo, se ha convertido en una forma de congregar a los fieles en sus diferentes versiones. Gracias al cronógrafo de Filócalo (manuscrito romano que contiene documentos de naturaleza cronológica e histórica) sabemos que desde el año 336 (con el Papa Julio I) el nacimiento de Jesús se celebraba el 25 de Diciembre en Roma. En el año 440, el Papa León Magno estableció esta fecha para la conmemoración de la Natividad y ya en el año 529 el emperador Justiniano la declara oficialmente festividad del Imperio.

En el siglo IV, aparece San Nicolás, un obispo de profunda fe en Dios, cuya santidad ha sido reconocida por su piedad y generosidad con las familias pobres, su fiesta estaba asociada a su onomástico, el 6 de Diciembre, fecha en la que se hizo costumbre hacer regalos a los niños. Posteriormente por decisión de los monarcas de la época optaron por trasladar la celebración al día de la Natividad, el 25 de diciembre; y, Lutero sugirió cambiar el nombre del santo por “Padre de la Navidad”.

Así se originó la celebración de la Navidad con la entrega de regalos y la figura de “Papá Noel”, a la vez que se conmemora el nacimiento de Jesús quien nos dejó un mensaje de amor y de entrega que va más allá de un día. Por ello es necesario pensar en los demás sin limitarse en fechas, en los amigos cercanos o conocidos. El sentido de la Navidad no está en la obsesión por los obsequios, sino en hacer por el otro lo que nos gustaría hicieran por nosotros, creando vínculos emocionales sinceros que nos aporten a todos.

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