El Día de la Salud

POR: Laura Benítez Cisneros

Ha pasado desapercibido, como cualquier otro día de la semana, el Día de la Salud. La salud en las personas muchos bienes proporciona y pesa más que todo el oro del mundo, por lo tanto es preciosa y debemos cuidarla mucho si queremos vivir sanos. La salud significa vida feliz.

En el mundo existe tanta tecnología y cosas maravillosas, que es muy difícil decir cuál es la mejor. Entre tantos inventos hay uno y está tan unido a nosotros que pasa sin ser tomada en cuenta, como lo es: nuestro propio cuerpo, que es una máquina magnífica que funciona gracias a un pequeño motorcito: el corazón, que nunca se para y tiene el tamaño de un puño y una fuerza prodigiosa. Pero además tenemos diversidad de máquinas excelentes en nuestro organismo, como los riñones, hígado, pulmones, músculos y huesos que forman la armazón de este mecanismo, extremadamente fuerte. Para que ningún elemento líquido y químico escape de su envoltorio, está la piel.

Nuestro cuerpo nos da a conocer sus necesidades y nos advierte del mal trato que recibe. Hace lo mejor que puede para seguir funcionando en condiciones favorables y lo logra notablemente, combatiendo todos los daños que le están causando a nuestro organismo, pero en el caso de haber quedado una secuela de alguna enfermedad, la mejor manera de recuperar la salud es obedeciendo a las leyes que rigen a nuestro organismo.

El médico es el que controla la enfermedad y pide a su paciente regular sus costumbres y manera de vivir. La verdadera medicina nos enseña que la naturaleza es la fuerza motora y sanadora. Lo importante en la ciencia de curar es cooperar con el esfuerzo que la naturaleza nos pide en lo que sea necesario, para poder obtener una mente sana y un cuerpo sano.