Terminen de dar vueltas

Por Ramiro Ruiz R.


¿Para qué darle tanta vuelta en la política? Los partidos deben cambiar de concepto y ponerse frente al país con todos sus problemas, limitaciones y posibilidades. En estos días, los partidos revelan ansiedad por alcanzar el poder.


Olvidaron que termina una década de insultos, complejos de superioridad y manías totalitarias y antidemocráticas. En 10 años, el Gobierno cortó las libertades, maniobró sutilmente el miedo y sometió instituciones y personas. Puso a actuar el odio y con este sentimiento se unió a la gente. Manejó la economía como una feria. Despreció la empresa privada y se burló de la libertad de pensamiento y expresión. Politizó la cultura. Licuó la educación primaria y secundaria.

En fin, abrió las puertas del país para que entre y salga cualquier vecino de este hermoso planeta chamuscado, sea blanco, asiático o sudaca.


¿Los partidos políticos olvidaron este cuadro de una década de tembladera moral? No. Pero hacen un laberinto para llegar al palacio presidencial.

El concepto con que deben trabajar y hacer realidad es simple y difícil: liquidar de una vez cualquier rebrote de populismo. Mirar a Venezuela, Nicaragua, Brasil, Argentina y Bolivia, países fracasados en la política y la economía. Esta ruina destruyó a las sociedades. En Ecuador, inmovilizó el pensamiento, congeló la facultad de reacción al abuso, al autoritarismo y engrandeció el vacío de pensamiento y dignidad de la Asamblea.


El camino está abierto. CREO, PSC, ID, a más de los rojos y colorados de izquierda coinciden en lo fundamental: Terminar con el presidencialismo, borrar la esquizofrenia del Estado controlador y centralista. Cancelar los ministerios de gente que pasa comiendo bananos y meditando.

El Estado de antes, era sobrio, flaco y eficiente con ocho ministerios. Devolver las libertades, ponerle elegante a la democracia y fomentar el trabajo. Entonces el objetivo único es unirse. Sería un acontecimiento de película que los candidatos de este momento, renuncien y articulen a los partidos para este fin.


De otra amanera el poder no será más una herramienta de servicio a la sociedad. Y la presidencia de la república, la Asamblea, y los demás poderes serán un cheque afrodisiaco para satisfacer la vanidad de los políticos y puedan conseguir estatus social con casitas de trescientos cincuenta mil, mientras los votantes seguirán desempleados, sin protección, y peor sin seguridad social, ni estabilidad económica y emocional.


Terminen de dar vueltas como los canes que buscan morder sus propias colas. El país no necesita que las ideologías sean gérmenes de competencia absurda. Cada ecuatoriano aspira una nueva vida. Entonces volverá la sonrisa y será el encuentro de una fiesta auténtica sin felicidades de ministerio.