‘Palabra de gallero’, frase popular entre los montuvios

Juego. Para los galleros los ruedos son muy importantes, puesto que las apuestas a veces son de miles de dólares.
Juego. Para los galleros los ruedos son muy importantes, puesto que las apuestas a veces son de miles de dólares.

La famosa frase ‘Palabra de gallero’ ha sido utilizada por mucho tiempo entre los montuvios para definir que cuando ofrecen algo lo cumplen; mucho más si de apuestas o compromisos de juegos se trata.


Esta frase nació dentro de las arenas o coliseos donde se colocan dos gallos de peleas de iguales condiciones a enfrentarse, prácticamente a muerte.


Estas aves, que se utilizan específicamente para este fin, son entrenadas desde que nacen, recibiendo vacunación, alimentación y cuidados especiales con el objetivo de lograr un desarrollo físico perfecto para luego lanzarlos al ruedo.


El significado


Aunque para muchos las peleas de gallos son un hecho discutido por su agresividad, para otros es cuestión de honor. Es decir, “lo gallero se lleva en la sangre y no se trata de improvisar”, al menos así lo asegura Juan Mateo, un gallero de ‘cepa’.


“Mis abuelos y mis padres eran galleros y yo, como buen montuvio, lo heredé y sigo con esa tradición”, asegura Mateo mientras afila las espuelas de ‘Galán’, como le llama a su mejor ‘compañero’ de pelea.


Entonces queda claro que lo de ser gallero le corre por la sangre y puede simplemente ‘al ojo’ elegir el gallo correcto para que se enfrente a su contrincante.


Muchos de los montuvios, que conservan esta tradición, saben que el momento en el que se gana una pelea es cuando uno de los dos gallos se rinde o queda muerto, entonces tendrá que pagar la cantidad de dinero que apostó sin ‘chistar’, aplicando su propia frase.


Así lo explica Humberto Quintana, quien nació bajo una familia de adeptos a esta práctica, donde llorar por una cría muerta no es la mejor opción sino la forma de cobrar valor para enfrentarse nuevamente a las riñas exhibiendo sus mejores ejemplares.

Más detalles

Una pelea dura aproximadamente 15 minutos, en los cuales la gran mayoría de apostadores ponen alma y vida para que su gallo no muera, pero si lo hace saben que es “un huevito más que se les fue”.

“En las peleas se tienen momentos de adrenalina, donde el gallero impulsa a su ave a seguir ‘luchando’; sin embargo, cuando cae en la arena rendido tenemos la esperanza que dé una sorpresa matando al contrincante”. expresa Quintana. Pero eso rara vez se da, puesto que muchas veces el gallo no reacciona o por convicción propia se queda acostado sin mostrar el mínimo interés de seguir en el ruedo, dejándose ganar.

De esas situaciones existen muchas, detalla el buenafesino Rodolfo Carrera, quien agrega: “A veces tenemos gallos que han perdido hasta dos o tres peleas seguidas, pero luego de curarlos y volverlos a preparar han salido victoriosos, siendo la gran sorpresa del evento gallístico”, recuerda mientras acaricia las coloridas y brillantes plumas de su animal.

Entonces, aquel ave por la que nadie daba un centavo puede hacer ganar miles de dólares a su dueño y el gallero que apostó en su contra deberá, simplemente, cumplir con su ‘palabra de gallero’. (MZA)

Detalles. El cuidado de las aves es una parte fundamental para que en el momento de enfrentarse tenga una buena carrera.
Detalles. El cuidado de las aves es una parte fundamental para que en el momento de enfrentarse tenga una buena carrera.

Origen


° Las peleas más antiguas ocurrían en Asia. En China ya se celebraban hace 2.500 años y es posible que 1.000 años antes se hicieran en la India. En la Antigua Roma eran usadas para adquirir valentía. Posteriormente, esta práctica fue llevada a América por los conquistadores españoles.

Secretos. La limpieza correcta de las plumas hará más ligera al ave.
Secretos. La limpieza correcta de las plumas hará más ligera al ave.

DATOS
Un gallo de pelea puede llegar a vivir cinco años, dependiendo del cuidado que su dueño le tenga.

Los galleros tienen buen ‘ojo’ para identificar cual sería un gallo reproductor y sacar nuevas crías.


CIFRAS
1.000
dólares puede costar un ejemplar.