La dinámica criminal de los países cambió. El narcotráfico es fuente importante de sus ingresos en Venezuela.
La migración de los grupos armados colombianas al lado venezolano, «modificando la dinámica criminal de ambos países«, las ha fortalecido y deja claro que «el camino hacia la paz en Colombia pasa por Venezuela», señala un informe de la fundación InSight Crime presentado este lunes.
La investigación, titulada «Las guerrillas colombo-venezolanas: la migración de la guerra de Colombia hacia Venezuela», analiza este fenómeno migratorio de los grupos armados ilegales, en especial del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y las implicaciones que tendrá esto para el proyecto de «paz total», prioridad del presidente de Colombia, Gustavo Petro.
«Venezuela ya no es solo un santuario. El ELN y los elementos de las FARC han echado raíces profundas en los estados fronterizos de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas; se han adentrado en el sur de Venezuela acercándose a la frontera con Guyana y dominado gran parte de la frontera con Brasil», manifestó el codirector de InSight Crime, Jeremy McDermott.
Según McDermott, el ELN está «presente en un tercio de los estados venezolanos», concretamente en 40 municipios de ocho estados, lo que supone «el 40 % del total de las filas del ELN», a lo que se agrega que algunos de sus principales dirigentes también operan desde el otro lado de la frontera, explicó McDermott.
La penetración es a todo nivel
En este sentido, alertó que la guerrilla colombiana ha logrado una «penetración social, política y económica» y «ha reproducido gran parte de la infraestructura que tiene en Colombia, incluido el narcotráfico», hasta el punto de que «Venezuela representa una fuente importante de sus ingresos«, agregó.
Y a pesar de que en el lado venezolano hay presencia tanto de las disidencias de las FARC como del ELN, es este último grupo el que ostenta la «hegemonía» en ese país, hasta el punto en que «la relación entre el ELN y (Nicolás) Maduro se ha vuelto simbiótica«.
Los militantes del ELN «se han convertido en paramilitares en Venezuela que actúan como tropas de choque políticas reprimiendo a la oposición en las zonas en las que tiene presencia», detalló McDermott en una presentación virtual del informe, donde concluyó que «el ELN gana más dinero en Venezuela que en Colombia» y «es aliado militar para el régimen venezolano».
Negociaciones para la paz
Y aunque hay facciones de la guerrilla «que quieren la paz y que Maduro quiere ser readmitido en el escenario mundial internacional y ser visto como un gestor de paz», es «imposible asegurar una paz total en cuatro años«, concluyó el codirector de InSight Crime.
El nuevo Gobierno colombiano y el ELN retomaron los contactos para volver a las negociaciones de paz interrumpidas en 2018, para lo cual Petro le pidió a Maduro que sea garante de esos diálogos, lo que el mandatario venezolano aceptó de inmediato.
Según McDermott, uno de los jefes del ELN que se ha refugiado y fortalecido en Venezuela es Gustavo Aníbal Giraldo, alias «Pablito», miembro del Comando Central (Coce) y uno de los más beligerantes líderes de esa guerrilla.
«‘Pablito’ es el arquitecto de la expansión del ELN en Venezuela y quizás el principal obstáculo para cualquier acuerdo de paz«, añadió.
Por su parte, la directora ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), María Victoria Llorente, cuestionó en la presentación si, más allá de la «paz total» de Petro, «podrá convertirse el ELN en un obstáculo para que Venezuela reconstruya su relación con Colombia o en su acercamiento a Estados Unidos». (EFE)