Acuerdo entre Mercosur y UE se topa con oposición social

CUMBRE.Sesión del Consejo del Mercado Común, en la víspera de la reunión de Jefes de Estado del bloque suramericano. EFE
CUMBRE.Sesión del Consejo del Mercado Común, en la víspera de la reunión de Jefes de Estado del bloque suramericano. EFE

La sociedad civil suramericana exige frenar los diálogos entre los dos bloques económicos.

Redacción RÍO DE JANEIRO

La Cumbre Social del Mercosur exigió detener las negociaciones del acuerdo con la Unión Europea porque ahondaría «el conflicto capitalista, extractivista, colonialista, patriarcal y racista«, según la declaración final divulgada este miércoles.

Según el texto, la puesta en marcha del acuerdo, tal y como se ha planteado hasta ahora, fortalecería a las «élites más regresivas y violentas, amenazando el medio ambiente y la sociobiodiversidad y poniendo en riesgo la soberanía de los pueblos y territorios de la región«.

Aunque la cumbre social, que duró dos días, culminó la víspera en Río de Janeiro, solo se divulgó la declaración final este miércoles.

Pronunciamiento

En el documento, las organizaciones de la sociedad civil hicieron énfasis en la necesidad de que el bloque tenga en cuenta en sus decisiones a todos los pueblos y territorios de los países miembros, y más en una coyuntura en la que avanzan «fuerzas antiderechos, conservadoras, fundamentalistas y económicas«.

La declaración de la sociedad civil se da en momentos en que las negociaciones del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) están debilitadas ante la negativa de Francia y de Argentina de sacarlo adelante.

Ambos bloques se habían trazado el ambicioso objetivo de firmar o al menos anunciar un consenso político en torno al acuerdo en el marco de la cumbre que este 7 de diciembre reunirá en Río de Janeiro a los líderes de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. EFE

La cumbre social reunió a más de 300 representantes de organizaciones sociales en Río de Janeiro.

Acuerdo trabado

El acuerdo está trabado debido a las exigencias ambientales que los europeos quieren introducirle al texto mientras que la UE no quiere ceder a la petición, especialmente brasileña, de que las compras gubernamentales sean excluidas del acuerdo.