Cuando su vehículo empiece a presentar fallas no lo abandone, llévelo a buenas manos.
Quevedo. La mayoría de las fallas catastróficas del motor se pueden evitar a través del servicio y mantenimiento de rutina. Así lo refiere Wilson Sánchez, propietario de la rectificadora Sánchez, ubicada en la calle México y Brasil, de la parroquia San Camilo.
En la mayoría de los casos, una condición de sobrecalentamiento o una bomba de aceite rota hará que fallen los componentes internos, lo que puede resultar en un automóvil no operable que requerirá un motor nuevo o una reconstrucción del motor.
Los componentes más comunes para ser reemplazados incluyen: Anillos, cojinetes, juntas, sellos, correa o cadena de distribución, resortes de válvula y la bomba de aceite. Las piezas principales se reemplazan solo si se necesitan, y a menudo incluyen árboles de levas, cigüeñales y pistones.
Trabajo
De acuerdo con Sánchez, cuando un vehículo cumple su ciclo de vida se originan desgastes en el motor, entonces es cuando ellos intervienen para corregir los movimientos internos que se han producido.
“Luego de que un vehículo sale de casa, se lo garantiza hasta los 1.000 kilómetros, pero realmente se trata del uso que le dé el propietario”, revela Sánchez
En el caso de que el vehículo se destruya, el motor debe ser reparado de inmediato, luego de la reparación dura unos tres o cuatro años.
Wilson Sánchez tiene 15 años de experiencia en mecánica automotriz. Actualmente es propietario de su propio taller con el que ya lleva brindándole servicio desde hace 7 años a sus clientes.
Desde su ‘trinchera’, invita a los lectores a que conozcan sus servicios ya que es una persona responsable y confiable; además, honesto y que cuida el bolsillo de sus clientes. (MZA)
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