En el mes de la mujer, la conmovedora historia de Jhoana Córdova, quien enfrenta valientemente los desafíos de cuidar a su esposo con cuadriplejia y afasia. Su fe y amor son un ejemplo inspirador para todos.
En medio de la adversidad, Jhoana Córdova, esposa, madre y docente en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), se erige como un faro de esperanza y fortaleza. La historia de su matrimonio, marcada por el amor, los desafíos y la fe inquebrantable, resplandece en este mes dedicado a las mujeres.
Conoció a su esposo Pablo Noblecilla el primer día de clases en la universidad. «Desde que nos conocimos hemos caminado juntos durante 21 años, construyendo una relación sólida y llena de amor», compartió Jhoana. A pesar de los altibajos, siempre han sido compañeros y cómplices, enfrentando juntos cada desafío que la vida les ha presentado.
El trágico accidente cerebrovascular que sufrió su esposo en agosto de 2022 cambió sus vidas para siempre. Mientras Pablo teletrabajaba, sufrió un desequilibrio repentino y perdió el control de la mitad de su cuerpo, seguido de un infarto mal diagnosticado como un sangrado estomacal, lo que lo sumió en un coma. Al estar acostado recto en la camilla, sufrió de vómito, la negligencia médica de la incorrecta posición de su cuerpo, llevó a que este aspire el vómito y se traslade a sus pulmones, lo que provocó que no llegue el oxígeno necesario al cerebro, desatando una serie de infartos. A pesar de la gravedad de la situación, Pablo sobrevivió, pero dejándolo en estado de cuadriplejia y afasia. Sin embargo, Jhoana no se rindió ante las adversidades y se convirtió en la cabeza de su hogar.
«Es una situación muy dura y compleja», reconoció Jhoana. Con dos hijas pequeñas a su cargo y desempeñándose como docente, asumió la responsabilidad de cuidar a su esposo las 24 horas del día. Su búsqueda incansable por encontrar el tratamiento adecuado para él va más allá de las limitaciones económicas, enfrentando cada obstáculo con determinación y fe.
Al vivir esta complicada situación, Johana recalcó que es necesario y un derecho de las personas el exigir a los médicos que se hagan las pruebas y exámenes necesarios, para evitar los diagnósticos erróneos que traen consecuencias graves, como en el caso de su esposo.
En primera instancia, su esposo pasó de un diagnóstico de muerte cerebral, a un diagnóstico de estado vegetativo, luego a un estado de coma vigil, para después ser enviado a cuidados paliativos con un pronóstico de 6 semanas de vida. Aun así, este hombre luchador ha ido sobrepasando cada pronóstico y ha ido mejorando a pasos pequeños. Jhoana tiene la convicción de que es Dios quien decide y tiene la última palabra. Sus nuevos médicos creen que este podría mejorar hasta el punto de volver a ser funcional casi el 80%.
Jhoana mantiene la esperanza en un futuro mejor para su esposo Pablo. «Con Dios, todo es posible», afirmó con convicción. A través de pequeños gestos de amor de su esposo y momentos compartidos junto a sus hijas, encuentra la fuerza para seguir adelante.
La solidaridad y el apoyo brindado por la UTPL, sus compañeros y autoridades, han sido fundamentales en este proceso. «Me siento respaldada por la humanidad que ha demostrado la institución», expresó agradecida Jhoana. El apoyo moral y las facilidades otorgadas le han permitido mantenerse firme en su labor como docente y esposa abnegada.
En medio de la incertidumbre y el dolor, Jhoana ha aprendido a valorar cada momento de felicidad y a confiar en el plan divino. «Los planes pueden cambiar inesperadamente, pero es Dios quien tiene el control», reflexionó. Su historia es un testimonio de amor verdadero, fe inquebrantable y la fuerza indomable del espíritu humano.
En este mes dedicado a la mujer, la historia de Jhoana nos inspira a enfrentar nuestros desafíos con valentía, a amar incondicionalmente y a confiar en la providencia divina.
El DATO
Para quienes deseen ayudar a la noble causa de Jhoana pueden realizar su donación en el siguiente link: