Este trastorno neurológico afecta a personas de todas las edades y puede tener un impacto significativo en la vida diaria.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurológico que se caracteriza por la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad. Afecta a personas de todas las edades y puede tener un impacto significativo en la vida diaria.
Según Rebeca Cevallos, psicorehabilitadora, especializada en Neuropsicología, el TDAH se diagnostica a menudo en la infancia, aproximadamente el 5% de la población infanto-juvenil se ve afectada por este tipo de trastornos, aunque algunos individuos pueden no ser diagnosticados hasta la edad adulta. Los síntomas del TDAH pueden incluir dificultades para prestar atención, dificultades para seguir instrucciones, impulsividad, problemas para organizarse y dificultad para completar tareas. Estos síntomas pueden manifestarse en diferentes grados y pueden variar de una persona a otra.
¿Desde qué edad se puede realizar un diagnóstico del trastorno y en qué afecta durante su vida cotidiana?
Un diagnóstico de TDAH definitivo se lo puede otorgar alrededor de los 6 o 7 años, pero antes ya se habla de señales de alerta, desde el desarrollo se empiezan a notar síntomas o comportamientos en donde nos comunica que algo pasa.
Este trastorno puede afectar a la vida diaria de una persona de varias maneras. Por ejemplo, puede interferir con el rendimiento académico, la capacidad para mantener relaciones interpersonales positivas, la capacidad para mantener un empleo y la capacidad para llevar a cabo tareas cotidianas. También puede llevar a la frustración, la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
Aunque no se conoce la causa exacta del TDAH, generalmente, se dan por factores de riesgo, generalmente sucede en la etapa gestacional: golpes, mala alimentación, consumo de medicamentos inadecuados, alcohol, u otro tipo de sustancias psicotrópicas; también se cree que es un trastorno genético que implica diferencias en la forma en que ciertas áreas del cerebro funcionan y se comunican entre sí. Investigaciones han demostrado que ciertos factores ambientales, como la exposición al plomo y otros contaminantes, pueden aumentar el riesgo de desarrollar TDAH.
Es importante estar atentos a los niños en las señales de alerta que puedan presentar y no tomar con normalidad este tipo de conductas; más que todo concientizar a los padres de la importancia de la salud mental.
¿A qué tratamiento se debe someter una persona con TDAH?
Es recomendable que los padres estén atentos a estas conductas, y posterior a eso empiecen con una valoración multidisciplinaria para tener un diagnóstico definitivo y continuar con el tratamiento, farmacológico, psicoterapéutico, neuropsicológico y neuropediatría.
El tratamiento del TDAH puede incluir terapia conductual, medicamentos y cambios en el estilo de vida. La terapia conductual puede ayudar a las personas con TDAH a aprender habilidades para manejar sus síntomas y mejorar su capacidad para funcionar en situaciones cotidianas. Los medicamentos, como los estimulantes, se utilizan a menudo para tratar el TDAH y pueden ayudar a mejorar la atención y reducir la impulsividad y la hiperactividad. Los cambios en el estilo de vida, como el ejercicio regular y una dieta saludable, también pueden ser útiles.
TOME NOTA
Es importante que las personas con TDAH reciban apoyo y atención adecuados para superar los desafíos asociados con este trastorno.