Mensaje de año nuevo

Marco Tulio González Romero

El lunes primero de enero, el Divino Creador nos hace llegar a cada uno de nuestros hogares, a un joven llamado 2018, con sus apellidos meses, días, horas, minutos y segundos. Un año que estará junto a nosotros en la mesa, para compartir nuestros alimentos, con fe, alegría, optimismo y mucho amor.

Estará acompañándonos en nuestros trabajos diarios, en las escuelas y colegios, vigilando a los estudiantes y a los docentes ayudándoles a formar buenos profesionales.

Estará junto a nuestros agricultores ayudándoles a cultivar la tierra para tener óptimas cosechas y el mejor fruto de la tierra, gracias a sus manos trabajadoras.

Que este joven 2018, que se inicia con alegría y tendrá 12 meses de vida, nos traiga felicidad, amor, unión en todos los hogares, también ayuda para los más necesitados, para los desamparados y enfermos, para los privados de la libertad.

Que este joven año traiga paz y armonía a los pueblos, que cese la violencia, la persecución entre hermanos, la corrupción y, sobre todo, que aflore la tranquilidad y la esperanza.

Cuando este joven, que está dando sus primeros pasos, llegue a su mayoría de edad, y tenga que dejar su mandato, lo haga con la frente en alto, con luz radiante, con alegría y grandes festejos.

Que la despedida de este año 2018 no sea el domingo 31 de diciembre, como el último día del año que feneció, cuando varios cantones de la provincia de Loja quedaron en total oscuridad y tinieblas. El año se despidió como pidiendo perdón por sus errores cometidos durante su existencia, dejando a muchos con la mesa servida, tristes y compungidos.

Que este nuevo año sea diferente, que se termine con la corrupción, aunque parezca imposible, y que todos podamos disfrutar de los deseos cumplidos y anhelos que queremos se hagan realidad. (O)