En una fecha como hoy rememorar nuestra historia o tratar de hacer justicia a todos quienes en muchas generaciones han contribuido a la grandeza de Loja, resulta imposible. Pero el espíritu de la lojanidad forjada siempre sobreponiéndose a situaciones adversas nos hace engalanarnos para ser orgullosos de lo que hemos podido construir, casi solo con el esfuerzo y la contribución de la ciudadanía y pese a nuestra realidad geográfica adversa.
Desde el nacimiento como ciudad libre se logró con el aporte cívico y financiero de nuestros conciudadanos que permitieron sostener las luchas por nuestra libertad. Nadie puede decir que a Loja nos han regalado nada. Los logros han sido fruto de nuestros sacrificios y luchas pese al poco reconocimiento que a lo largo de la historia han hecho quienes han dirigido el país y que solo les preocupó la bipolaridad y luego la trilogía de ciudades que merecían siempre la atención de los poderes públicos. Estas situaciones forjaron nuestro espíritu luchador e hicieron que la educación, la cultura, la música y el arte frutos inigualables y se constituya en la materia prima más valiosa que tiene nuestra patria chica. Fue esa fortaleza la que nos llevó a establecer un Gobierno Federal, que nuestra historia aún no ha hecho verdadera justicia porque permitió logros y desarrollos que nos habían negado por décadas.
Hoy iniciamos en muchos aspectos y esperamos que para bien una nueva época llena de retos, en los que el espíritu colectivo debe imponerse a aquellos malsanos que creen que la confrontación, el abuso, el pensar solo en sus logros políticos personales pueden llevarnos a fracturarnos como colectividad y perder lo mucho que hemos logrado en las últimas décadas.