Sozoranga celebró los 100 años de José Narváez, un hombre cuya vida ha dejado huella en la historia del cantón. A pesar de no haber tenido acceso a la educación formal, Narváez es reconocido por su aguda mente y su vasto conocimiento en ciencia, historia y geografía.
Con voz entrecortada pero mirada serena, José Narváez, vecino centenario de Sozoranga, fue el protagonista de un emotivo homenaje con motivo de su cumpleaños número 100. La comunidad, junto con familiares, amigos, estudiantes y ciudadanos, se unieron para celebrar la extraordinaria vida de este distinguido hombre.
Nacido el 2 de enero de 1924 en Sozoranga, Narváez enfrentó la adversidad desde temprana edad al quedar huérfano al nacer. Su sed de conocimiento lo llevó a aprender a leer a los cuatro años, gracias a su madrina Zoila Quezada, de origen peruano. Apodado cariñosamente como ‘Don Joshito’, se formó leyendo revistas, periódicos y almanaques mundiales, mientras trabajaba como carpintero para sustentarse.
A los 29 años, contrajo matrimonio y tuvo tres hijos y tres hijas. Orli Renán Flores, alcalde del cantón, expresó sus felicitaciones al centenario, destacando la importancia histórica que representa para el cantón. Por su parte, Antonio Narváez, hijo de José, agradeció a la comunidad por reconocer el valor histórico de su padre.
A pesar de no haber tenido la oportunidad de asistir a la escuela, ‘Don Joshito’ es conocido por su sabiduría. Con una memoria y agudeza mental sorprendentes, ha recibido múltiples reconocimientos de instituciones como el Consejo Provincial, el Municipio de Loja y la Compañía Hidalgo & Hidalgo.
En su hogar guarda con celo la primera cruz con la que fue sepultado Nahúm Briones, recordando con lucidez la vida y muerte de este personaje. Turistas y personajes de los cinco continentes han dejado monedas, billetes y recuerdos en su casa, formando un museo personal.
José, entrevistado en numerosas ocasiones por historiadores y escritores, brinda un consejo a las generaciones presentes en su cumpleaños: «Estudien con pie firme, con todo cariño y todo corazón, lean libros y siempre tengan a Dios en su corazón».