Carnaval, abanico multicolor

Mariana Velasco

En los registros históricos se apunta que la llegada de los conquistadores, hace más de medio siglo, trajo una fiesta española llamada ‘Carnaval’ que está presente en los pueblos de herencia mestiza, donde lo europeo, se unió a lo andino y formó un bello abanico multicolor.

La celebración se realiza en los países de tradición cristiana justo antes de iniciar la Cuaresma, que empieza el Miércoles de Ceniza. Con el pasar de los años, la fiesta y la actividad ceremonial pasó de lo ritual a lo banal. La historia, asegura que los Guarangas encontraron la oportunidad de mantener su celebración, para continuar con su tradición ancestral.

Apenas hace ocho años que la Asamblea Nacional, aprobó la resolución para declarar al Carnaval como Patrimonio Cultural e Intangible y a Guaranda como la ciudad de los eternos carnavales.

Durante las fiestas, con miles de turistas nacionales y extranjeros, la pequeña ciudad se transforma. En sus estrechas y empinadas calles, los bolivarenses se buscan y se encuentran a sí mismos porque sienten que el carnaval es vida, baile, alegría, comparsas, fiestas.

Historia y leyenda se abrazan en la celebración. Es ansiosamente esperada y su preparación, con meses de anticipación, crea un ambiente mágico.

Considerado como el mejor de los carnavales del país, porque fortalece la expresión de la cosmovisión indígena, la fiesta se disfruta con agua, máscaras, coplas, talco, comparsas, desfiles, guitarras, poesía y danza. Qué decir de los chigüiles, alcaparras, dulce de membrillo, chicha, pájaro azul, fritada y todas las variedades de maíz que seducen a propios y visitantes.

El guarandeño encanta al que viene y abraza al que vuelve. Guaranda, el pueblo que teje colores, que danza y festeja, sintetiza el espíritu carnavalero de sus habitantes. Es de esperar que el Comité Permanente del Carnaval, con autoridades de la ciudad y provincia coordinen operativos de forma continua y conjunta durante los eventos masivos para el control de expendio y consumo de bebidas alcohólicas, uso del parque automotor local (16 mil unidades) y cualquier comportamiento que atente contra el buen uso del espacio público.

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