Semana Santa Negra

Redacción: Esmeraldas | RS 59

La Semana Santa negra es una costumbre llena de simbolismos, ritos y manifestaciones culturales. Aquí convergen el misticismo, la ancestralidad y el sincretismo religioso.

En Esmeraldas la Semana Santa es una fusión entre el rito africano y la religiosidad cristiana. El sincretismo nace en la colonia bajo un proceso de homogenización cultural resultado de la esclavitud, se impuso la cruz del amo y se les exigió desconocer a sus deidades africanas. – “En cuanto llegaron los Jesuitas en junio de 1586 es de suponer que se dedicaron al apostolado de los negros como lo hacían en Lima. (El negro en la Real Audiencia de Quito).

El Presbítero Cabello de Balboa, en sus crónicas sobre la catequización de Esmeraldas lo expresa como: “doctrinar a los barbaros, con lo cual se le quitará a la singular fiera el pasto de aquellas bautizadas animas que allí residen, a quien la infernal boca está amenazando”.

Los negros mantuvieron sus ritos en la clandestinidad, a puerta cerrada del amo blanco. Con el tiempo lograron fusionarlas en secreto con los santos católicos. Así, Yemayá, diosa de las aguas pasó a ser la virgen María; y Shangó, forjador del trueno, se le reconoce con Santa Bárbara, patrona de las tempestades.

Costumbres
Las tradiciones son la forma como el hombre negro se mantiene en contacto con su ancestralidad. Su sistema de alimentación, de producción, el canto, el baile, representan una conexión directa con la Tierra madre de donde fueron desarraigados. En la actualidad, existen comunidades en Esmeraldas que mantienen las tradiciones hace más de 40 años. Aida Valdez, recuerda que, para preparar los platos como el puré de palmito, los ingredientes se compraban una semana antes.

Los hombres se encargaban de pescar, recoger el coco, el palmito y el plátano verde.

Por su parte, las mujeres preparaban los alimentos y organizaban la casa para recibir las visitas. «Mi abuelito hacía que nos levantáramos a las 5:00 para preparar los alimentos, porque luego debíamos ir a la iglesia. Pero la comida tenía que estar lista para todo el día, ya que la Semana Santa se vive a través de la comida».

Lucia Garcés, de 34 años, coincide que se debía preparar al menos cinco platillos especiales para degustar durante el día. —«Entre más laborioso era el plato, más gustaba a los invitados y familiares. No podía faltar en la mesa los postres como el chocolate hecho con la mazorca de cacao. Ahora se comparte el almuerzo y se busca un lugar para recrearse como los ríos».

Valdez, recuerda que su padre salía a pescar. Ahora el pescado lo compran en el mercado. Pero las raíces, y las tradiciones se mantienen.

La mayoría de los platillos se elaboran a base de coco, es el caso del encocado: se debe hacer el refrito de cebolla, ajo y tomate. Luego se añade el pescado y el zumo de coco. Para el puré que acompaña, se debe cortar en pedazos la corteza del palmito. Los trozos se cocinan a fuego lento con abundante agua. Cuando están blandos se aplastan y se mezclan con queso, zumo de coco y un refrito de tomate, indicó.

Domingo de gloria
En la comunidad Eloy Alfaro, al norte de la ciudad, la procesión de la Semana Santa inicia a fuera de la iglesia con un disparo al aire. Hay canticos, rezos, bailes, y la algarabía que forman en las calles casi mil personas entre locales y visitantes. Durante toda la procesión se escenifica la crucifixión de Jesús.
En la celebración las mujeres y jóvenes son fundamentales. Los jóvenes simulan ser los captores de Cristo, se les incluyen desde los 12 años en adelante. Las mujeres realizan el simulacro del encuentro en Jerusalén con el grupo de judios que a restan a Cristo (se le denomina el “tope”). La procesión establece que todos deben coincidir en un sitio de la comunidad para encontrarse a una hora determinada.

La organización de la festividad empieza desde febrero. Se arman los grupos por actuación, se seleccionan los actores y se dan responsabilidades. Los integrantes son adultos y jóvenes entre ellos las mujeres cantoras del pueblo y los oganizadores del evento. Durante una semana se narra la peregrinación de la pasión y muerte de Jesús y termina con la procesión del Domingo de Pascua o de Gloria.(RS)