Responsabilidad o corresponsabilidad

Autor: Pepe Camino Carrera | RS 61

Tema complejo, pero de alto interés social. La responsabilidad es algo innato en la persona y por lo tanto en las sociedades. Pero esta acción individual y comunitaria ¿se cumple? Cada persona, cada sociedad ¿cumple con su rol, o lo dejamos al libre albedrio y al esfuerzo que realizan unos cuantos?



EL LIDERAZGO
Muchas sociedades, desde los inicios de las comunidades organizadas, trataron de implantar en sus miembros la responsabilidad para con si mismos y para con sus congéneres. La figura del líder, o anciano (s) de mayor jerarquía, era muy importante pues asumían la responsabilidad de dirigir o conducir a sus pueblos para la consecución de logros y sistemas de bienestar común.
La responsabilidad que recaía en ellos era de suma importancia como de tanta importante es hoy cuando el dirigente, el líder, la autoridad asumen para sí, y para los demás la tarea de conductores de una colectividad.

LA RESPONSABILIDAD
Según la RAE, Real Academia Española, la responsabilidad se la define como “la capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”. Indistintamente de lo actuado, por lo tanto, cada persona o grupo social está en capacidad de ejecutar acciones que acarreen responsabilidades, todas ellas, claro está, enrumbadas a la consecución de logros que destaquen el bien común.

reciente data, no es novelería o materia de tratados filosóficos o sociales de autores o filósofos vagos. Es tan antigua como la humanidad. Mencionamos a las comunidades, en los inicios de las sociedades.

Platón, Sócrates, Heráclito en la antigua Grecia, cuna de la civilización, ya trataron sobre el tema. Sus escritos siempre estuvieron dirigidos a mejorar la participación social en base a una responsabilidad compartida.

Se ha ido adentrando, eso sí, con más fuerza, a raíz del siglo 19 cuando filósofos como Kant, Weber, Sartre la destacaron aún más. Marx habló en su momento de la responsabilidad como un acto humano de indudable importancia. Max Weber incluso habló de la “ética de la responsabilidad, señalando que hay que hacerse cargo de los problemas reales del mundo humano y de la irracionalidad moral del mismo”. Kant dijo que “la responsabilidad es la virtud individual de concebir libre y conscientemente los máximos actos universalizables de nuestra conducta.

En consecuencia, y tomando como base lo dicho por estos personajes, y por la historia misma de la humanidad diremos que la responsabilidad es la participación de un individuo dentro de una sociedad con miras a lograr un objetivo social determinado.

LA CORRESPONSABILIDAD

Pero la responsabilidad tiene su contraparte, o mejor dicho, su complemento en la corresponsabilidad individual y comunitaria. Toda sociedad que se precie de organizada, moderna, seria, efectiva, con objetivos definidos, debe adoptar la corresponsabilidad como forma de vida. Grupos organizados en la antigüedad dieron muestras y ejemplos de cómo proceder para salir adelante en medio de vicisitudes e inconvenientes propios de la época. Los incas, aztecas, mayas, cañaris, en nuestras tierras, mostraron como la corresponsabilidad, bajo liderazgos eficaces, les permitió surgir como poderosos imperios que dejaron huellas indelebles hasta la actualidad.

¿Qué es la corresponsabilidad? Es la relación de compromiso mutuo que se establece entre un Estado y la ciudadanía para avanzar en pos del mejoramiento de los servicios entregados por un gobierno. En sociedades y Estados modernos no se concibe una participación aislada de las dos partes; pero esa participación debe ser seria, efectiva, consensuada; alejada de intereses particulares o partidistas. Todo por el bien común

¿Porqué es tan importante actualmente la corresponsabilidad? Es una forma de vida donde la sociedad tiene un rol importante; es un sistema prácticamente nuevo donde se asignan papeles y objetivos a cada una de las partes. No solamente el Estado, o los gobiernos de turno son responsables directos de acciones por ejecutarse. Es la sociedad quien tiene participación directa. Los presupuestos participativos, por ejemplo, en los gobiernos seccionales autónomos en nuestro país, son una muestra de ello.

CADA UNO ASUME SU ROL
Si bien es cierto que el Estado, a través del gobierno o gobiernos seccionales tiene la responsabilidad de proveer servicios, no es menos cierto que también la sociedad debe asumir responsablemente su papel. Los dirigentes, por mandato de sus asociados, de diversos estamentos de la sociedad deben involucrarse en actividades que ayuden a llegar a metas previstas. “El estado ya no es él”, ya no es la época del Luis XIV de Francia. Ya no es solo la omnipotencia estatal ni la prepotencia individual de quienes se creen predestinados y pueden “meter la mano” donde ellos quieren.

Hoy los tiempos han cambiado radicalmente. La tecnología de punta, las redes sociales permiten visualizar de mejor manera situaciones donde antes era difícil llegar, o los tiempos demoraban demasiado para encontrar soluciones o llegar a ellas. “Los líderes o falsos líderes” hoy encuentran más obstáculos para conseguir sus objetivos; no es fácil engañar tan fácilmente como antes (algunos a pesar de ello subsisten con sus mentiras y falsedades).

RESPONSABILIDADES EN NUESTRO PAÍS
El trágico e implacable invierno que azota a nuestro país ha dejado huellas muy dolorosas. Esta época invernal, solo comparable a la que sufrió el Ecuador durante los gobiernos de Osvaldo Hurtado y León Febres Cordero, nos ha demostrado la fragilidad del ser humano, su debilidad e impotencia. La furia de la naturaleza ha hecho mella en amplios sectores de nuestra sociedad. El dolor ha sido, y es, muy grande.

Pero ¿dónde han estado la responsabilidad y la corresponsabilidad en esta época trágica? ¿Han estado presentes? ¿han estado ausentes? ¿La sociedad y el Estado ¿han asumido efectiva y responsablemente sus papeles, sus deberes? Criterios contrapuestos existen, pero nadie asume con frontalidad su responsabilidad. ¿Han trabajado juntos Estado y sociedad, o solo debemos descargar responsabilidades a los entes estatales y seccionales? Hace poco más de un año Quito sufrió el embate de la naturaleza; trágico desenlace en un sector popular del centro norte de la capital. Víctimas que lamentar, pérdidas económicas considerables. Un solo culpable, quizá con razón, para la mayor parte de la sociedad: el gobierno seccional capitalino. Pero ¿dónde quedó la corresponsabilidad ciudadana? Uno de los factores que contribuyeron a la tragedia, uno de tantos, fue la cantidad de basura y desperdicios que taponaron la quebrada. El agua encontró obstáculos para desfogar y la tragedia llegó.

Lo mismo sucedió hace pocos días en Guayaquil, ciudad donde a más de innumerables problemas en su sistema de alcantarillado, la basura ha taponado desagües y canales de desfogue. ¿Quién depositó la basura en estos sitios? La respuesta es obvia, no lo hizo el cabildo ni ningún ente estatal. La responsabilidad ciudadana tiene su parte. Podríamos continuar señalando varios problemas similares en otros tantos lugares del país. Pero qué pasó en Alausí, ¿quiénes son los culpables de la tragedia? Mayoría de la población de inclina por acusar al gobierno de indolencia y olvido, quizá con algo de razón. Pero ¿dónde quedan los organismos seccionales locales y provinciales?, ¿dónde estuvieron sus autoridades?; ¿estaban preparados para afrontar una tragedia de esta naturaleza? ¿Tenían planes de contingencia, trabajaron conjuntamente con organismos nacionales?

CULPABLES O RESPONSABILIDAD
No es hora de buscar y encontrar culpables. Es tiempo de asumir responsabilidades y corresponsabilidades. Es el momento preciso para renovar esfuerzos conjuntos, para pensar en el país y no en intereses políticos, partidistas o personales. Muchos, por no decir la mayoría de la sociedad, se ha sumido en un marasmo peligroso; en un quemeimportismo, donde prima lo individual olvidándose de la sociedad en su conjunto. No se piensa en el Ecuador; se piensa en el YO y solo en el yo mismo. Es el resultado de años de desidia donde solo se buscó el enfrentamiento. Donde se buscó, y se consiguió, fragmentar a una sociedad como la ecuatoriana que hasta unas décadas, se caracterizó por ser solidaria, amable, responsable y corresponsable (la minga es una muestra).

Ojalá podamos volver a aquellos tiempos.
(*) Para cuando se publique este artículo ya conoceremos el dictamen de la Corte Constitucional respecto a la solicitud de juicio político al primer mandatario. Que el Ecuador sea el único ganador.