¿Qué es la aspirina y quién la necesita?

La aspirina, también conocida como ácido acetilsalicílico, es un medicamento analgésico que ha sido utilizado durante muchos años. Es considerada como la droga más importante según la Organización de la Salud Internacional (OSI). 

¿Cómo funciona la aspirina?

La aspirina tiene propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias. Su efectividad depende de la dosis utilizada. A dosis de hasta 325 mg por día, la aspirina actúa como un anticoagulante, ayudando a prevenir problemas relacionados con la coagulación de la sangre. En dosis moderadas, de hasta 2 gramos, tiene efectos analgésicos y antipiréticos. Por otro lado, dosis de 4 gramos o más tienen un efecto antiinflamatorio y estimulan la excreción de ácido úrico.

Es importante tener en cuenta que la aspirina no es una solución para todas las enfermedades. Según un estudio a gran escala llamado Aspree, realizado en 19,000 personas de diferentes razas en América del Norte y Australia, se demostró que la aspirina no fue más efectiva que el placebo en la prevención de enfermedades asociadas al envejecimiento, como la demencia, ataques cardíacos y derrames cerebrales. Además, algunas personas pueden desarrollar resistencia o insensibilidad a la aspirina.

¿Quién necesita tomar aspirina?

La aspirina puede ser recetada en diversos casos. Se utiliza como tratamiento para la artritis reumatoide, aunque su uso está limitado debido a las altas dosis requeridas. También se utiliza para prevenir eventos cardiovasculares como derrames cerebrales, angina de pecho y ataques cardíacos, gracias a su capacidad para reducir la agregación plaquetaria y mantener la fluidez de la sangre.

Adicionalmente, se ha demostrado que el uso a largo plazo de dosis bajas de aspirina puede prevenir el cáncer colorrectal en personas con alto riesgo. Se recomienda su uso preventivo en personas con enfermedades inflamatorias del intestino grueso, cáncer de mama, cáncer de ovario, cáncer o adenoma del intestino grueso, así como en casos de poliposis adenomatosa.

Sin embargo, no se recomienda que personas sanas comiencen a tomar aspirina de forma regular sin la supervisión de un médico. Especialmente en personas mayores de 70 años que aún no han sido evaluadas por un cardiólogo, el uso prolongado de aspirina no está claramente indicado.

Es importante tener precaución al utilizar aspirina, ya que al igual que cualquier medicamento, puede tener contraindicaciones graves. Puede causar sangrado gastrointestinal y el síndrome de Ray, entre otros efectos adversos. Por lo tanto, no se debe auto recetar la aspirina como medida preventiva y es necesario consultar a un especialista para determinar su uso a largo plazo.

En conclusión, la aspirina es un medicamento analgésico que tiene propiedades antipiréticas y antiinflamatorias. Su uso está indicado en casos de artritis reumatoide y como medida preventiva de eventos cardiovasculares y cáncer colorrectal en personas con alto riesgo. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un médico debido a sus posibles efectos adversos y contraindicaciones.

 

Dra. Tatyana Starchenko