Poesía, ¿una pasión perdida?

Manuel Castro M.

LA POESÍA NO TIENE UN VALOR REDITUABLE

En 1770 nació el gran poeta alemán Friedrich Holderlin, autor de poemas, odas, himnos elegías, novelas, tragedias en verso. De carácter ultrasensible, excéntrico, depresivo, parece que la muerte de su amada, Susette, le precipitó paulatinamente a la locura y murió en 1843, dedicando sus últimos 38 años completamente a la poesía. Cuando se le preguntó para qué servía la poesía, contestó que “Para nada”. A momentos parece que la poesía, por no tener intrínsecamente valor medible, ha sido desterrada por la política, por la economía, por una sociedad de consumo, pues el poder absorbe e insensibiliza a sus practicantes y a todos; la economía exige olvidarse del arte; una refrigeradora cumple un fin, un automóvil es un medio de transporte útil e indispensable, un televisor a soñar sin esfuerzo y cien cosas más sirven al ser humano actual. Visiones que impiden no sólo acercarse a la poesía sino hasta a menospreciarla. Sale al paso Borges, orgullo de las letras argentinas y mundiales y afirma: “Uno puede pasarse sin miles de cosas, pero no sin poesía”. Y nos pasa a todos: escuchar un pasillo, una canción tierna, un recuerdo musical de la tierra, una sinfonía, recordar un amor olvidado y escondido, un himno patrio, nos llena de felicidad y a veces de melancolía, que es una forma interna de ternura y amor. El romántico Gustavo Adolfo Bécquer, poeta mayor, lo dice mejor: “¿Qué es poesía? dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía…eres tú.”

POESÍA MÁS ALLÁ DE SU FRÍA DEFINICIÓN

Para asustar a los pragmáticos poesía es un género literario en verso o prosa que se caracteriza por expresar ideas, sentimientos e historias de un modo estético y bello. Lo que se olvida es que en la poesía cuenta sobre todo la emoción, más allá de no ser indispensable una extremada inteligencia, y es evidente una cierta ingenuidad al desnudar el alma o el corazón y expresar algo intimo que no se puede definir, pero escrito o dicho con ciertas reglas y musicalidad. Un ejemplo que nos conmueve y conmovió más al autor, el poeta peruano César Vallejo, en los “Heraldos Negros”: “! Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé” / golpes como el odio de Dios, como si ante ellos/ la resaca de todo lo profundo/ se empozara en el alma…Yo no sé!, /Son pocos, pero son…”

Un poema memorable del citado Holderlin, donde aparece el misterio que no falta en la poesía: “Dadme un estío más, oh poderosas, /y un otoño, que avive mis canciones, / y así, mi corazón, del dulce juego/ saciado, morirá gustosamente.” El poema lo llama “A las parcas”, que es la misteriosa muerte. Esto lo escribió cuando la locura ya lo acechaba, a la cual sí le consideraba útil.

Y García Lorca no hace sentir a través de un lenguaje estético y musical: la naturaleza y el amor físico: “El remanso del aire/ bajo la rama del eco. /El remanso del agua/ bajo la fronda de luceros. El remanso de tu boca/ bajo la espesura de besos.”

NUESTROS POETAS

Jorge Carrera Andrade, insigne poeta ecuatoriano, entre otras maravillosas micro observaciones de la naturaleza: “Escarabajo: charretera caída del hombro del tiempo.” O los poemas “Sendas distintas”, “El alma en los labios” “Vaso de lágrimas”, “Pequeña ciudadana”, “Romance de mi destino” poemas, entre otros, convertidos en hermosos pasillos, cuyos autores son Jorge Araujo, Arturo Borja, José María Egas, Alejandro Carrión, Abel Romeo Castillo, en ese orden. Como dice Oscar Wilde: “Para los problemas físicos, la solución son los espirituales y viceversa”. Ergo: La poesía hace vivir a plenitud en la melancolía, en la tristeza y en el olvido que nunca faltan.  Y la poesía en prosa de Jorge Icaza con “Huasipungo”” conmovió y ha conmovido tanto por su perfección como por ser una denuncia social sobre la triste situación del indio. Surge también la incomparable poesía de César Dávila Andrade: “Espacio, me has vencido. Ya sufro tu distancia. / Tu cercanía pesa sobre mi corazón. / Me abres el vago cofre de los astros perdidos/ y hallo en ellos el nombre de todo lo que amé. / Ahora voy hacia ti, sin mi cadáver.” Es la realidad como fue su vida y su obra, entre neorromántico y neosurreal, como la han definido. Sobresale “Boletín y elegía de las mitas”, poema que relata el sufrimiento y la lucha de los indígenas ecuatorianos en el sistema de las mitas durante la época colonial.

POESIA MÍSTICA Y RELIGIOSA

Santa de Teresa de Ávila o Santa Teresa de Jesús (1515-1582), fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, es la figura cumbre de la escritura femenina de España. Poeta y mística ha dejado una maravillosa literatura. Se le atribuye el poema “No me mueve mi Dios para quererte”: “No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, / ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.”/Muéveme en fin, tu amor, y en tal manera/ que aunque no hubiera cielo yo te amara,/ y aunque no hubiera infierno, te temiera.”

Paul Claudel (1868-1955) diplomático, dramaturgo, poeta y ensayista francés, es considerado el paladín del catolicismo. Autor de obras poéticas maestras como “Partición de mediodía”, “La Anunciación de María” ,“El zapato de raso”, “Presencia y Poesía”, “Cabeza de oro”, entre sus grandes obras. En sus memorias cuenta como de niño se abrió su corazón desesperado: “! ¡Que feliz es la gente que cree! ¿Si será verdad, sin embargo? ¡Es verdad! Dios existe, está ahí. ¿Es alguien, es un ser tan personal como yo! Me ama. Me llama.” Y remata más tarde, joven ya: “Dulce emoción en la que, sin embargo, en la que se mezclaba un sentimiento de duda y casi de horror. De ahí mis convicciones permanecieron intactas. Dios les había dejado desdeñosamente allí donde estaban, yo no veía que pudiera cambiarlas en nada…” Son indudablemente sus obras misterios y tesoros de la palabra poética, como se las reconocido universalmente, por parte de “tirios y troyanos”, como se dice metafóricamente.

En el Ecuador tenemos al poeta y místico padre Carlos Suárez Veintimilla (1911-2002). En su poema “El Cántaro, en homenaje a la Virgen Dolorosa del Colegio San Gabriel, escribe este maravilloso texto poético: “Beber el agua de tus ojos, madre, de rodillas. / Guardar esta agua azul de tu Mirada/ que brota dulce y limpia, en el cántaro de mis ojos/ para la sed del día. / Y devolver a la canción y al alma/ la frescura de la vida,/bebiendo el agua azul de tu Mirada./ A sorbos…y a escondidas.”

“EL ARTE POÉTICA”

Jorge Luis Borges en seis conferencias, reunidas en un libro: “Arte poética”, con su esencialísima fascinación, poco enfático, pero con un estilo llano y sencillo, sugiere alusivamente implicaciones metafísicas en la poesía, esto es, desde clarividencia hasta sueños que han hecho realidad los hombres. En palabras de Descartes -que cita Borges- el poeta camina enmascarado, sin que le falte el humor, la ironía, que son tan reales y que se viven a diario. Tales conferencias son improvisaciones verbales y que se llevaron a cabo en inglés. No tienen carácter erudito, pues Borges no es un escritor libresco, repite los poemas que recuerda y nos enseña a conocer la naturaleza de la poesía donde se encuentra. Dice Borges: “Cada vez que leo un poema, una experiencia nueva sucede. Y eso es la poesía, pues el arte sucede cada vez que leemos un poema.” Cita un poema de Browning, “un poeta quizá olvidado” que dice: “Y precisamente cuando nos sentimos más seguros, llega una puesta de sol,/  el encanto de una corola, alguna muerte/ el final de un coro de Eurípides.”(Dramaturgo griego, autor de la tragedia “Medea”, en la que aparece la desgracia anunciada e inapelable). En su última conferencia bromea Borges sobre su literatura, pues si la admiran es “un error generoso”, pero concluye: “Siento esto (la conferencia), algo en mi interior, lo que significa para mí. Sé que recordaré esta noche” y cita de memoria un soneto de Baruch Spinoza.

¿Cuál es el poema más famoso y repetido del mundo? Uno que todos sabemos, en latín algunos, en otros idiomas los demás: “EL PADRE NUESTRO”, cuyo origen es bíblico, admirado por creyentes o no. Borges, agnóstico, lo repetía con inmensa unción, en las inmensas catedrales que visitó, ciego ya y de avanzada edad, cuando por famoso era recién invitado a visitarlas en Europa. Murió recitando esta oración en anglosajón, en inglés antiguo, en francés y en español, explicando con un sonido débil: “por si acaso”. Quién sabe si al final le fue útil la poesía.