“Nos tienen olvidados, porque aquí los bolicheros (pescadores en barcos semi industriales) no respetan el millaje (8 millas náuticas desde la costa)”, es la molestia de un pescador de la ribera del Esmeraldas, barrio ‘Isla Piedad’, quien omitió su nombre por seguridad.
Afirma que mientras los artesanos hacen la faena en lanchas pequeñas, son amedrentados por los bolicheros, quienes los presionan para que se marchen. Recomienda como estrategia de seguridad, mejoren los controles en altamar.
“No existe respeto, quieren hacer lo que les da la gana”, agrega con molestia, y se muestra convencido de que no hay equidad al momentos de pescar, por cuanto los industriales capturan más de 20 toneladas en recursos marinos en zona no permitida, lo cual califica como depredación e injusticia.
“Debemos tomar nosotros mismos nuestras armas y defendernos porque la seguridad en el mar es inexistente”, lamentó el pescador esmeraldeño. En respuesta, la Fuerzas Armadas ha asegurado que hace los controles e incluso asignó una corbeta de guerra para que controle las costas esmeraldeñas, en respuesta a los robos de lanchas, motores y contrabando en altamar.
Necesidad en tierra
En paralelo, el expescador Edelberto Reasco Quiñonez, hace un pedido que no está enfocado con la inseguridad en altamar, sino con la comodidad que requieren cuando llegan a descansar los pescadores del barrio Isla Piedad, donde tiene la ‘La Ramada’, que es un centro de reunión de los pescadores, donde hacen sus respectivas planificaciones de trabajo.
El miércoles se reunirán para establecer claramente todas las necesidades del sector. Por ahora solicitan la colaboración de recursos: cemento, ripio, hierro y arena para mejorar el piso de tierra. De la mano de obra se encarga comunidad. (SZS)