Migrantes sin rumbo

“Venezuela se arregló” es el eslogan que circula profusamente por las redes sociales y que ha escogido el presidente Nicolás Maduro para ponderar sus políticas de liberalización de la economía con una libre circulación del dólar, una devaluación del bolívar y el inestable precio del crudo.

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Estas “buenas noticias” calaron mucho entre la sufrida población que nunca quiso resignarse a vivir con miles de carencias en un país rico, pero con pocas posibilidades de progresar, lo que los obliga a migrar hacia países sudamericanos, centroamericanos, europeos y sobre todo, Estados Unidos.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 6.11 millones de migrantes venezolanos hay en el mundo. De ellos, 551.000 viven en Ecuador y 252.000 estarán transitando en otros países durante 2022. Desde el 2018 comenzó el mayor éxodo hacia los países fronterizos y se masificó por la pandemia (Covid, 2019). Pese a los buenos augurios el esquema de gobierno no cambia y se prevé aumente el número de los emigrantes venezolanos quienes, hoy en día, solo buscan llegar a Estados Unidos. La situación política venezolana se agravó en 1999. Un golpe de Estado llevó a la presidencia al comandante Hugo Chávez Frías iniciando lo que se llama “era del Chavismo” y la puesta en práctica del llamado socialismo siglo XXI, una tendencia socialista sin ideología definida que atrajo a varios países especialmente latinoamericanos. Antes de su fallecimiento, el 5 de marzo de 2013, Chávez encargó la presidencia a Nicolás Maduro quien después de seis meses, ganó las elecciones. Su posesión fue el 14 de abril de 2013, y aún se mantiene en el cargo, debido a la toma de todos los poderes y el apoyo irrestricto de Fuerzas Armadas.

En tanto, la población soporta una severa crisis que busca, a expensas de sus vidas, abandonar su país y buscar otros destinos. Tras 20 años en el poder el PUSV (Partido Socialista Unido de Venezuela), Nicolás Maduro no ha podido consolidar su mandato y peor aún el Socialismo siglo XXI, teoría que sin ideología política definida comandaba Hugo Chávez hasta su fallecimiento y asume la presidencia Nicolás Maduro, primero como encargado y luego como presidente electo.

Su posesión fue el 14 de abril de 2013, y aún se mantiene en el cargo, debido a la toma de todos los poderes y el apoyo de Fuerzas Armadas.
En tanto la población soporta una severa crisis que busca, a expensas de sus vidas, abandonar su país y buscar otros destinos.Desde el 2018 comenzó el mayor éxodo hacia los países fronterizos y se masificó por la pandemia (Covic, 2019), hacia Estados Unidos.

DURA TRAVESÍA.

María Gabriela Rodríguez, 40 años, oriunda de Caracas, Venezuela, nos relata la angustiosa travesía de 30 días desde su país. Ella viajó con sus tres hijos, su esposo, dos nietos y su nuera, todos los cuales están ahora en Miami bajo su condición de ilegales. Ella alcanzó el sueño americano el 25 de agosto de 2022 y aunque sin status legal todos los mayores laboran en diversas áreas.

En el 2018 salen desde Caracas e inician largas caminatas por trochas hasta llegar a Quito donde viven cuatro años. Aquí se mantienen como vendedores ambulantes. Hicieron, como muchos, probar suerte en Ecuador y seguir camino rumbo a Estados Unidos.

Sin pasaportes y poco dinero deciden viajar a los Estados Unidos con la guía de los coyoteros en una travesía de un mes; se inicia en Quito hasta Medellín (Colombia), donde en el pueblo Necoclí se embarcan en una lancha hasta Capurganá. Aquí se inicia la caminata por la selva del Darién un sitio peligroso donde muchos entran y pocos salen. Este es uno de los lugares más custodiados por grupos indígenas y uniformados habitantes que cobran entre 150 y 300 dólares por persona para que ingresen y “guiarlos” por todo el suelo selvático. María y su familia cruzan pantanos, ríos caudalosos, soportan la inclemencia del clima y otros peligros propios de la selva. Las picaduras de los mosquitos enfermaron a los niños y luego los mayores; la fiebre, dolor de cabeza y vómitos duró una semana y finalmente llegaron a Panamá.

Un vehículo pirata los llevó a una terminal terrestre y en un autobús se dirigen a la frontera con Costa Rica. De este país pasan a Nicaragua, Honduras, hasta llegar a Tapachula, frontera Guatemala-México. En este trayecto son saqueados, extorsionados y agredidos por elementos policiales, quienes les quitan hasta la poca ropa que cargan.

Las fuerzas del orden ejercen un fuerte control para detener a los migrantes y evitar sigan su trayectoria hacia Estados Unidos, pero nada los detiene y continúan su camino.Los migrantes pernoctaron siete días en espera de un salvoconducto que les permitiera cruzar México. Con este documento logran llegar a la frontera con Estados Unidos.

En este punto los migrantes se enfrentan al peligroso río Bravo o río Grande dirigidos por los chulqueros a los que previamente les habían pagado entre 400 y 600 dólares. Yordana Peña, 31 años y procedente de Mérida, Venezuela, vive en Quito desde el 1 de mayo de 2017, de profesión enfermera, pudo conseguir trabajo y regularizarse, pero sus expectativas es viajar a Estados Unidos, pues considera que los países latinoamericanos no brindan oportunidades para progresar.La joven llegó en compañía de su esposo Eduard y a los dos años alumbró un niñito ecuatoriano. Los altos índices de inseguridad, las malas condiciones económicas y el bajo salario por ser migrante la obligan a buscar otro país, preferentemente, Estados Unidos.

LEGALIZACIóN

Actualmente se estima que más de un millón de ilegales ha entrado a Estados Unidos en los últimos años y el número de venezolanos superó a los de México y Centroamérica. La política del presidente estadounidense Joe Biden es de limitar ayuda a los venezolanos ilegales. A fines de septiembre 2022 extendió la prórroga del TPS (estatuto temporario de migración), que se otorga a ciudadanos de algunos países con problemas que hace difícil o inseguro deportarlos. El límite de admisión de refugiados es de 125.000 para el año fiscal 2023. Los defensores de los ilegales piden al mandatario restaurar el Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos que ya había sufrido reducciones durante el gobierno Donald Trump que bajó al límite histórico de 15.000. Por otro lado, la mayoría de estadounidenses consideran que se ha perdido el control en la entrada de extranjeros en forma ilegal.

El gobernador de Texas se cansó del descontrol y está fletando buses para mandarlos a Nueva York, New Jersey, Washington, Boston y recientemente Florida, pero el gobernador de ese Estado los envió a Marta´s Vineyards en Boston, Massachutts. La errónea idea de que obtener el TPS es sinónimo de aceptación es falso. La persona que entra ilegal no puede pedir residencia. Si entra a Estados Unidos y es detenido, le inician un proceso de deportación y allí tiene opción de pedir asilo político.
Al iniciar el proceso lo ponen bajo una Orden de Supervisión donde el ciudadano debe presentarse cada año a inmigración, donde le otorgan lo que se llama NTA, (notice of appearance o nota para aparecer) donde le mencionan los cargos y le indican la fecha de su comparecencia en la corte.
Para este proceso se requiere la asistencia de un abogado. El costo varía entre $5.000 y $7.000 dólares por caso, sin incluir gastos de inmigración u otros procesos. Si es una familia el costo es el doble.En la Corte debe presentar evidencias que demuestren por qué no puede vivir en su país y necesita asilo.

Las personas que entran porque su país está en problemas o porque no tienen una economía solvente no son causales para que se les otorgue un asilo. En Estados Unidos viven más de 423.000 venezolanos, según información de la oficina del Censo de 2019. De acuerdo con el gobierno, unos 343.000 venezolanos podrían beneficiarse con el TPS. La gran mayoría ya lo ha solicitado, pero apenas un puñado ha recibido ya su aprobación.

El TPS es un estatus temporario de migración que se le otorga a ciudadanos de algunos países con problemas que hacen difícil o inseguro deportarlos allí. Cientos de miles de inmigrantes de todo el mundo -incluyendo nicaragüenses, salvadoreños, sirios, yemeníes y haitianos- se han acogido al programa desde los años 90, cuando fue creado en una ley de inmigración. Entre sus principales beneficios están la posibilidad de trabajar y poner un freno a las deportaciones.

A DÓNDE IR

La segunda oleada de migrantes se vive actualmente; por una parte, están los que esperan regresar a su país y quienes arriesgan su vida hasta llegar específicamente a Estados Unidos. La grave crisis alimentaria, situación política, económica, sanitaria y más no ha cambiado en el país, y el éxodo continuará pese al optimismo de Maduro.

Juanita López Sarmiento.- Es una periodista de larga trayectoria, cofundadora del Diario La Hora, fue su Directora General y Presidenta de la Compañía.- Editó las publicaciones diarias de doce periódicos regionales así como sus versiones digitales.