La provincia azul

Autor: Ramiro Ruiz R. | RS 83


Sus orígenes: La provincia lleva el nombre de la montaña sagrada de los indios: Imbabura. Imba, significa pececillo negro (preñadilla) y bura, criadero.

Cuentan los historiadores que en 1958 se encontró en la hacienda Quinchuquí, Otavalo, una osamenta que el investigador David Davies dijo en junio de 1973, pertenecía al “hombre de Otavalo” y tenía más de 28 mil años. Hasta ahora es la muestra más antigua de existencia humana en suelo ecuatoriano. Sin embargo, estudios posteriores han determinado que dicha osamenta tiene apenas unos 1.200 años de antigüedad.

En la Colonia, cuando llegaron los españoles, Ibarra integraba el cacicazgo de Otavalo o Partido de Otavalo. Se extendía hasta Rumichaca, por el norte y por el sur, hasta Perucho, hoy Pichincha. El territorio lo verificó el licenciado Miguel de Ibarra cuando le nombraron VI presidente de la Real Audiencia de Quito.

Cuando murió el Virrey de Lima, Miguel de Ibarra ascendió a Gobernador y capitán General de Quito. Entonces, le ordenó “al capitán Cristóbal de Troya fuese al Valle de Carangue y estableciese la Villa de San Miguel de Ibarra”. Lo hizo el 28 de septiembre de 1606, según la referencia de Jorge Villalba Freire S.J.

En plena lucha independentista, el 31 de octubre de 1.829, el propio Libertador firmó un decreto elevando a la categoría de ciudad a la villa de Otavalo; lo propio hizo al día siguiente cuando el 1 noviembre de aquel año, convirtió a San Miguel de Ibarra en ciudad.

El 25 de junio de 1824 la Gran Colombia creó la provincia de Imbabura. Tulcán era una de sus parroquias. El 24 de noviembre de 1826, por crisis fiscal, Simón Bolívar suprimió las provincias Manabí, Imbabura y Chimborazo. Manabí se integró a Guayaquil, Imbabura y Chimborazo a Pichincha.

El 20 de junio de 1827, siendo vicepresidente de la República de Colombia, el general Francisco de Paula Santander restableció a estas provincias hasta la época republicana; entonces se dieron algunos cambios: el 11 de abril de 1851, Tulcán se convirtió en cantón de Imbabura. La parroquia de Pilón perteneció al cantón Ibarra, (hoy San Lorenzo). En 1863 pasó a la administración del cantón Esmeraldas. En 1880 Tulcán se certificó como provincia.

La geografía
La provincia comienza en el nudo de Mojanda Cajas. Desde la carretera, justo en la frontera de la Provincia de Pichincha, es impresionante observar el lago San Pablo, lugar ritual de los Otavalos. Frente al lago trabajan los artesanos de la totora de San Rafael. Más al sur está Otavalo, ciudad añeja arrullada por el río Machángara. Otavalo “luz de la mañana recién nacida”, hembra que canta la canción de la eterna primavera.

Al noroccidente aparece el Cotacachi, cerro volcánico. Su cumbre se eleva a los 4.939. El primero en ascender fue Edward Whymper en el año de 1892. El Cotacachi es una empinada montaña con múltiples peñascos atractivos para escalar. La cima está formada con dos cúspides separadas por una pequeña ensillada. El volcán ofrece un escenario natural único de la provincia.

La Laguna de Cuicocha fue el máximo santuario para el culto religioso de sus habitantes y está ubicada en el interior del cráter del volcán Cuicocha que se originó tras una explosión volcánica hace miles de años. Se encuentra a una altura de 3068 msnm, su cráter tiene un diámetro de 3 Km y aproximadamente 180 metros de profundidad. En el centro se elevan dos islotes, Teodoro Wolf y Hermano Miguel. Los deshielos del volcán mantienen la laguna.
Al costado oriental de la provincia, en dirección de sur a norte, se levanta el cono del monte imponente Imbabura, dios eminente de las tribus aborígenes. En su falda azul y verde, se recuesta sosegado el lago San Pablo, rodeado de hoteles, hosterías y restaurantes fascinantes. Crecen con libertad totoras, centenarios eucaliptos australianos, los sauces llorones. Las parcelas y huertos de los campesinos se amplían formando un mosaico de figuras de colores hasta los helados pajonales.

Al noreste del Imbabura, esperan los montes Cubilche y Cunru. Las lagunas pertenecen al cantón Ibarra, se encuentran en la parroquia La Esperanza, a unos 19 Km de la ciudad. La Laguna de Cubilche de forma circular, de origen volcánico, no tiene afluente externo. El abastecimiento de agua le llega desde su interior. El espejo de agua tiene un diámetro de 30 metros.

En la cima está un cráter donde se localizan cuatro lagunas, dos permanentes y dos de invierno o charcas. La superficie del cráter es de aproximadamente 10 hectáreas.

Mientras tanto, en la lejanía del horizonte se insinúa la cima blanca y reluciente nevado Cayambe. La cordillera de Angochagua se ensancha hacia el norte en las alturas de Yuracruz, y más al norte, la cordillera de Pimampiro.

Al final de las faldas del Imbabura desciende un valle de matices verdes. Ahí espera la ciudad blanca de Ibarra. Al norte de la ciudad está encajado el histórico lago Yaguarcocha de aguas verde azuladas. Hacia el sur, la parroquia histórica Caranqui, antiguo centro de la realeza donde nació el heroico Atahualpa, y al occidente la parroquia de San Antonio, centro artístico de la pintura y escultura.

El potencial turístico
Por su potencial turístico, la Provincia de Imbabura fue declarada como Geoparque Mundial de la Unesco desde abril de 2019. Desde esos días, el gobierno anunció que se fomentará la riqueza natural de sus seis cantones.

Aquel reconocimiento (Geoparque de la Unesco) ha sido una gran motivación para fomentar el desarrollo del turismo, la producción agrícola, la manufactura de artesanías y el comercio global de esas artesanías.

El turismo es una industria que vende lugares de la naturaleza, paisajes, climas, cultura y el nuevo producto como es la tranquilidad. Los gobiernos cantonales y el provincial tienen una importante oportunidad de juntar el hombro para lograr el máximo desarrollo de la industria sin humo.

La provincia de Imbabura ha sido el centro de atracción para los turistas que buscan lugares hermosos, la exquisita gastronomía y gente amable y respetuosa.

Los paisajes de Imbabura han sido el principio de inspiración de escritores, artistas visuales y músicos. Basta recordar el consagrado pincel de Rafael Troya, la pluma de Carlos Suárez Veintimilla; músicos y compositores como Segundo Luis Moreno Andrade. Ellos han aprovechado de este lugar para crear el arte visual, los versos y notas musicales. El paisaje influye en la creación del arte.

La provincia azul
Le nombran Provincia Azul por sus numerosos lagos. También se identifica como Provincia de los Lagos.

El Ministerio del Ambiente, confirma que, según el registro del Instituto Geográfico Militar de 2013, en Imbabura existen 23 lagos y lagunas que tienen nombre y 85 cuerpos de agua que no tienen nombre porque en algunos casos son complejos lacustres estacionarios.

Los principales lagos grandes son San Pablo, Cuicocha, (Lago de los dioses), Yaguarcocha (“lago de sangre”) y Puruhanta en el cantón Pimampiro.

Imbabura es un destino turístico permanente. Conserva una diversidad importante de culturas. Paisajes andinos dominados por volcanes y numerosos lagos. En sus orillas se asientan ciudades y comunidades indígenas que aún conservan sus ritos y tradiciones. Imbabura, una postal de la provincia más hermosa del Ecuador continental, abierta al viajero con fascinantes sorpresas.