La Gloriosa (28 de mayo 1944)

Gonzalo Sevilla Miño | [email protected]

A lo largo de la historia se han producido varias revoluciones que han sido calificadas como La Gloriosa, en todos los casos ha habido similitudes que justifican esa denominación:

 

La Revolución gloriosa de Inglaterra
Se produjo en noviembre de 1688 cuando el protestante Guillermo de Orange llegó al país mientras reinaba el católico Jacobo II de Inglaterra desde 1685, bajo un régimen autoritario y despótico en el que favorecía a la minoría católica.

Los nobles protestantes y el Parlamento querían preservar los logros de la Reforma Inglesa y eso provocó su caída y exilio en Francia. No hubo batallas ni enfrentamientos. Guillermo fue convocado al Parlamento para coronarle como rey y gobernar con su esposa, la reina María II de Inglaterra que era hija de Jacobo II.

Este acontecimiento provocó el establecimiento de un nuevo sistema de gobierno conocido como monarquía constitucional que es el modelo que perdura hasta la actualidad en el Reino Unido.

La Gloriosa en España
En España, en 1868, comenzó un período que se lo conoció como la Revolución de 1868, “La Gloriosa”. Durante el reinado de Isabel II hubo descontento con la monarquía debido al descrédito de la reina causado por la existencia de un monopolio del poder en figuras autoritarias y la imposibilidad de la entrada de otras fuerzas opositoras en el juego político del Estado. Con la figura del general Prim al frente, los demócratas, progresistas y unionistas firmaron en 1866 el Pacto de Ostende. Los puntos principales fueron la creencia en la necesidad de una revolución para derrocar a Isabel II, el rechazo total a la dinastía de los Borbones y la urgencia de convocar unas Cortes Constituyentes para España. La reina Isabel II intentó derrotar a los militares insurrectos, pero las tropas realistas fueron derrotadas el 28 de septiembre en la decisiva batalla de Alcolea (Córdoba).

La monarca tuvo que huir de San Sebastián y exiliarse en Francia hasta su muerte en el Palacio de Castilla de París (1904). (Historia de España en el siglo XIX). Durante los seis años que duró la revolución, en 1869, en primera instancia, el poder quedó en manos de juntas revolucionarias locales que convocaron a elecciones de Cortes Constituyentes que promulgaron una Constitución de corte progresista en la que se reconoce la legitimidad de la monarquía parlamentaria con un sistema bicameral, la libertad de cultos, el sufragio universal masculino, etc. Sin embargo, hubo inestabilidad política con el reinado de Amadeo I de Saboya, el establecimiento de la Primera República que duró apenas un año (1873-1874); y, por último, el restablecimiento de la dinastía borbónica con Alfonso XII en el trono.

La Gloriosa en Ecuador
A partir de 1934, el Ecuador vivió una de las etapas de mayor falta de estabilidad política en lo que iba del siglo XX. Luego de la Guerra de los Cuatro Días, mediante elecciones presidenciales, triunfó el doctor Juan de Dios Martínez Mera, quien ha sido el único presidente en ejercicio al que el Congreso lo descalificó y lo obligó a renunciar bajo el argumento de que había sido elegido con fraude. A él le sucedió Abelardo Montalvo, que convocó a nuevas elecciones que fueron ganadas por el doctor José María Velasco Ibarra, en la que sería su primera presidencia.

Gobernó desde septiembre de 1934, hasta agosto de 1935. Su gobierno tuvo que enfrentar una furibunda oposición liderada por el doctor Carlos Alberto Arroyo del Río, presidente de la Cámara del Senado, y por movimientos antivelasquistas que motivaron su caída y exilio.  A Velasco Ibarra, le sucedió Antonio Pons, médico guayaquileño, ex ministro de gobierno de Velasco. Pons, por presiones de los antivelasquistas, se vio obligado a entregar el mando a manos de los militares quienes dieron paso a dos dictaduras; la una a Federico Páez, y la otra, al general Alberto Enríquez Gallo.

Posteriormente, en agosto de 1938, una vez que Enríquez dejara el mando, le sucedió el doctor Manuel María Borrero, pero ante la imposibilidad de gobernar por la falta de estabilidad en la Asamblea, renunció a principios de diciembre de aquel año.  A su renuncia, la Asamblea Nacional se reunió y nombró Presidente Constitucional al doctor Aurelio Mosquera Narváez quien, luego de un año de gobierno, murió en pleno ejercicio de sus funciones. A quien correspondía asumir la presidencia de la República, era al presidente de la Cámara de Senadores que, a la sazón, era el doctor Carlos Alberto Arroyo del Río, pero, ante la excusa presentada por él, se encargó el poder al doctor Andrés F. Córdova que gobernó desde el 17 de diciembre de 1939 hasta el 10 de agosto de 1940.

Al doctor Córdova, entre otras cosas, se debió la creación de la escuela para la formación de oficiales de la policía, llamada Escuela de Carabineros. Además, tuvo que cumplir con el encargo que le hiciera la legislatura, de llevar a cabo las nuevas elecciones presidenciales que fueron marcadas por una tenaz contienda entre Velasco Ibarra y Arroyo del Río, siendo este último el ganador, pero al doctor Córdova fue a quién se le acusó de haber instrumentado un fraude electoral.

Cuando aquel 10 de agosto se reunió el Congreso, el doctor Córdova renunció y lo reemplazó, interinamente, Julio Enrique Moreno que gobernó por veinte días, hasta el 1 de septiembre de 1940, en que asumió el doctor Arroyo del Río quien gobernó hasta el 28 de mayo de 1944, fecha en la que se produjo La Gloriosa que le obligó a renunciar y entregar el poder al doctor José María Velasco Ibarra.

El régimen de Arroyo del Río tuvo que enfrentar la guerra con el Perú y la firma del Protocolo de Río de Janeiro entre 1941 y 1942. Luego de esos nefastos acontecimientos empezaron las protestas contra él y su gabinete, especialmente contra el Canciller Julio Tobar Donoso a quienes hacían responsables de lo sucedido. Con esos antecedentes, Arroyo el Río consiguió que la Cámara de Senadores, en donde tenía mayoría de votos, le concedan las facultades extraordinarias y otras que se crearon para él: las facultades omnímodas, con lo cual, su gobierno se tornó autoritario es despótico provocando el descontento generalizado de la población civil y de las Fuerzas Armadas que lo calificaban de ser un dictador en democracia.

Testimonio de un protagonista de “La Gloriosa”
Uno  de los hombres que desempeñó un brillante papel en la vida política ecuatoriana ,de buena parte del siglo XX y de principios del XXI,  Fausto Cordovez Chiriboga nos entregó un relato en 2019, a sus 94 años, con una lucidez extraordinaria, dotado de una memoria prodigiosa, contaba con lujo de detalles, anécdotas, acontecimientos históricos, experiencias personales de su vida política y privada. En 1944, cuando él todavía estaba en sus juveniles dieciocho años, era estudiante de sexto curso y presidente del Consejo Estudiantil del colegio Pedro Vicente Maldonado de la ciudad de Riobamba. Una mañana, mientras estaba en clases, entra al aula el Rector del colegio, señor Carlos Vela García y le dice: -Señor Cordovez, por favor, concurra a mi despacho- Ante la alarma que se había producido en el alumnado por la situación de Fausto, con amenaza de protestas, y todo, él fue al rectorado para cumplir con la orden. El señor Vela le recibe y le dice de una manera muy cortés: -Fausto, le he llamado porque he resuelto pedirle a usted una intervención personal de mucha valía: El doctor Carlos Alberto Arroyo del Río, presidente de la República va a visitar el colegio San Felipe Neri en donde ha estudiado, y posteriormente va a visitar este plantel y es mi decisión que usted pronuncie un discurso al señor Presidente- Fausto le contesta violentamente: -No señor Rector, yo no puedo dar ese discurso porque no puedo por ningún motivo hacer un elogio a un señor que se ha convertido en un dictador y ha vendido la patria al Perú-  El rector se sorprende con semejante respuesta y le pide que lo piense bien, que trate de reflexionar, pero, Fausto se niega y hasta amenaza con salir del colegio.

Después, les cuenta a sus compañeros lo ocurrido y, por unanimidad, le respaldan y deciden que al siguiente día harían una marcha para ir a la estación del ferrocarril a impedir la llegada de Arroyo del Río a Riobamba.  Se concentran en donde habían acordado y ven llegar un destacamento de policía encabezado por el Jefe de Seguridad, Fausto Domínguez, un implacable funcionario arroyista, cierran filas y la policía carga contra ellos: “¡Al más alto!,¡ al más alto!, ¡agárrenlo! (Fausto tenía una talla de un metro noventa). Sus compañeros logran ponerlo a salvo, pero no se libró de recibir un sablazo en la pierna.  Esto quedó grabado en mi memoria para siempre, decía, -fue mi primer castigo por mi lealtad a la patria y a mis principios-.

El “Velasquismo” se organiza
Posteriormente, cuando ya estaba graduado de bachiller, se constituyó la Junta Democrática Nacional, filial de Riobamba, ciudad altamente velasquista.  La presidía el doctor Alfredo Chiriboga Chiriboga, y habían elegido como vicepresidente al señor Aurelio Cordovez Ricaurte, padre de Fausto; segundo vicepresidente el señor Luis Gerardo Gallegos.

Una noche, mientras sesionaba la junta, Fausto se presenta ahí y les dice que ha sido nombrado representante de la juventud libre de Riobamba, recibe el apoyo de los presentes. En esa condición empezó a actuar activamente en la Junta y en manifestaciones antiarroyistas. Su madre, era presidenta del velasquismo de Chimborazo. Esas acciones políticas en contra del régimen de Arroyo del Río tuvieron consecuencias pues, permanentemente eran objeto de agresiones de parte del gobierno. Recibían papeles con insultos y groserías que los lanzaban envueltos en piedras a los ventanales de su casa.

Una noche le convocan de urgencia a una reunión de la Junta y le ordenan que al término de la distancia se vaya a Guaranda y constate el estado en que se encontraban los presos políticos, José María Plaza y Leonardo Chiriboga Ordóñez (en ese tiempo, los presos políticos eran confinados en Guaranda y en Azóguez) y procure alertar y provocar una reacción favorable al movimiento político anti arroyista de las Fuerzas Armadas en esa ciudad. Al llegar a Guaranda el 27 de mayo de 1944, tuvo un altercado con alguien que intentó detenerlo, pero, oportunamente llegó el mayor Teodoro Coronel, que impidió que lo hagan.

Al día siguiente, el 28 de mayo, en el batallón Montecristi del que era comandante el coronel José Frechou, había mucha incertidumbre, no sabían qué era lo que estaba pasando, como Fausto sí lo sabía, consiguió el apoyo que buscaba, pero primero había que saber qué es lo que ocurría en Quito y en Guayaquil; lo lleven a la gobernación, era gobernador el señor Augusto Camacho que le recibió y le dijo que esa mañana había habido alguna cosa insignificante en Guayaquil. Al salir, de un bus que llegaba de Babahoyo, un hombre decía en voz alta, -ya no hay gobierno, se sublevó la guarnición militar de Guayaquil, cayó Arroyo del Río y hay un gobierno provisional-. Regresó al cuartel para motivar a los oficiales que había que hacer algo; de manera que, por unanimidad resolvieron tomar el cuartel de carabineros y la plaza principal.

Al regresar a Riobamba encontró que su padre estaba como Jefe Civil y Militar encargado de la plaza de Chimborazo, porque el presidente de la Junta, doctor Chiriboga había viajado a Quito a recibir al doctor José María Velasco Ibarra.

Gonzalo Sevilla Miño
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