Halloween: brujas, dulces o tratos

Autor: Manuel Castro M. | RS 87


Una reseña con la elegancia de Manuel Castro de una festividad que cada día se difunde en el país,
pese a la amargura que provoca en ciertos fanáticos fundamentalistas.

El martes 31 de octubre se celebra el Halloween, sobre todo en los Estados Unidos. En el Ecuador y América Latina también, aunque escandaliza a algunos por ser una costumbre extraña y a otros indigna por ser importada y atenta contra nuestras costumbres ancestrales. Nada es cierto, pues si bien es una costumbre pagana, anterior al cristianismo, practicada por los Celtas en Irlanda, sobrevive en el mundo anglo sajón y con sus propias formas en Latinoamérica con elementos sincréticos prehispánicos y cristianos. Popularmente se llama “Noche de Brujas”, aunque en su traducción literal es: “Víspera de todos los santos”, y celebra el culto a los muertos. Ciertas culturas indígenas consideran que la muerte no es el fin, sino el comienzo de otra vida, tanto que en nuestro país visitan las tumbas de sus seres queridos, comen y cantan y hasta conversan con los que se fueron. Los mestizos, el 85% de la población, como somos “vivísimos” ponemos rápido flores y nos vamos a almorzar en las casa o restaurantes, que ansiosos esperan a los clientes sanos y buenos. Puede ser que haya otra vida, que vez de descansar se vuelva a renacer y se siga viviendo, pero como dice Borges: “Aunque no sé si es una ilusión recomendable”.

Se argumenta que solo es un negocio
Desde luego los detalles técnicos de esta celebración son importados: disfraces y decoraciones espeluznantes, brujas, payasos terroríficos, visitas a los cementerios o tours a casas encantadas que se han preparado para el efecto. Hasta comidas y bebidas alusivas a la fecha, por ejemplo, se ofrece el yaguarlocro en la Sierra o el caldo de salchicha en la Costa que es a base de morcilla de pura sangre, Se reclama que tal fiesta es solo un negocio. Por supuesto que sí, acaso no nos exigen todos los días que seamos emprendedores. Hasta don Miguel de Unamuno en su obra “La Agonía del Cristianismo” habla de que siendo “agonía” igual a “lucha” el cristianismo -como dicen los jesuitas- “trata de resolver el negocio de nuestra propia salvación”, que Shaw lo ironiza pues considera que portarse bien en este mundo para conseguir el cielo es un “soborno al mismo cielo, lo cual es poco ético”

La otra observación que el Halloween es extranjerizante es rebatible, salvo el término en inglés, idioma que todo el mundo aspira a dominarle. Pues al final el mundo es un pañuelo. Hemos importado y españolizado términos como fútbol, basquetbol, boxeo, coca cola, show, hot dog, entre cientos de cosas y costumbres, para no hablar de términos tecnológicos difíciles tan en boga.
Trick o treating

En Estados Unidos -ahora se practica en América Latina, también- los niños recorren las casas de sus vecindarios pidiendo dulces con la frase “Trick o treaking”, que aproximadamente sería “Dulce o truco treta o trato ”, que se convierte en una forma de “extorción infantil” propia del Día de Brujas: O me das dulces o te aplico mi magia, o sea convertirte -si me niegas el premio- en sapo, murciélago, gato negro, ratón , republicano o demócrata o viceversa, según el Estado.

Las brujas en la historia
Eran criminales reales que fueron puestas en libertad porque el juicio por brujería las había absuelto. Sin embargo, personas inocentes porque afirmaban ser videntes pagaban con sus vidas tras pasar el juicio pertinente. Lara Martínez en una obra que profundiza sobre el fenómeno en la Edad Media y Edad Moderna explica que “bruja” etimológicamente quiere decir “mujer sabia”, pues eran consideradas como prófugas de la justicia o conocedoras de la naturaleza. Luego se las demoniza y se las empieza a perseguir y se conoce que más de 50.000 personas fueron ajusticiadas por brujería en Europa. Entonces empieza la fantasía y lo letal: haber contado un sueño para ellos profético. Asimismo, se aseguraba que entraban volando a las casas por las chimeneas o tejados y provocaba en estas casas que los niños enfermaran o murieran. En algunos casos eran hombres los acusados de brujería quienes eran enjuiciados y encarcelados. Uno de los casos más populares fue el de los juicios de Salem (Estados Unidos), donde un grupo de niñas, sobrina e hijas de un pastor puritano, fueron procesadas por brujería tras mostrar convulsiones y otros efectos extraños. Lara Martínez nos cuenta: “Hoy sabemos que todo esto pudo tratarse de unos cuadros alucinógenos que surgían del centeno que llevaba consigo el hongo cornezuelo”

Desde luego el empleo de brujería también es lucrativo, pero también trágico. La caza de brujas en Estados Unidos ha sido mortal, la histeria colectiva ha sido y sigue imparable. España ha sido pionera en el desembrujo colectivo: fue la Corona Española con la Inquisición en la cima de su poder jurídico, pionera en defensa de las brujas, pues considero que no había brujos ni embrujados, hasta que se comenzó a hablar y escribir de ellos. Todo es consecuencia de la fascinación con lo místico y con la magia, hoy casi convertidos en negocios. Pero como dicen los españoles de las brujas: Que las hay, las hay.

Símbolos de Halloween en Estados Unidos aplicables en el Ecuador
Calabazas, por la transformación de un humano en tal; en el Ecuador un humano convertido en político con magia populista y uñas largas. Aquelarre: reunión de brujas que manejan la magia negra; en el Ecuador: sesión de políticos que manejan la reserva internacional. Gatos negros, superstición de que trae mala suerte cuando se cruza uno en el camino; en el Ecuador: movimientos políticos de última hora. Velas: luz del alma, ilumina el camino de los muertos; en el Ecuador: ayudan el camino a los países off shore pues los beneficiarios aseveran que no tienen “vela” en ese entierro. Fantasmas y calaveras: representaciones de la muerte que nos miran; en el Ecuador: zombis vivarachos prófugos de la justicia. Lobos y búhos: que asustan y ahuyentan a los humanos; en el Ecuador: pandilla de borregos.

La Iglesia y el Halloween

Hoy la Iglesia Católica tiene más amplitud, ha evolucionado. Esta celebración la ve con indiferencia, como tantas otras, cuyo origen no es cristiano, pero no dejan de ser ancestrales y, por ende, respetables. Por cierto, si su origen es pagano no la puede santificar, además que tiene dos solemnidades religiosas: el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, que celebra la vida de todos los santos y de aquellos que entregaron su vida a Dios; y el 2 de noviembre llamado el Día de los Muertos. En lo que coincide y lo confirma la Biblia es que la práctica de hechicerías, sortilegios y adivinaciones. Invocaciones a los muertos, prácticas espiritistas, ritos satánicos, impiden la entrada de Dios en los que las practican. Claro que en otros lugares de la Biblia existen encuentros con magos y adivinadores que se relatan de forma más positiva. En cambio, los Reyes Magos que rinden homenaje al Niño Jesús no son realmente hechiceros o adivinos; “el original griego utiliza la palabra “magi”, que en ese entonces designaba más bien a sabios y científicos, más que a “brujos”. (Internet)

Lo que se cree y lo que se descree
No se puede decir la última palabra en un mundo que es arbitrario y conjetural, según cualquier clasificación. Estamos sometidos a lo que vemos: la vida; y a lo que no vemos en carne propia: la muerte. Hasta las computadoras evolucionan y algún rato serán soberbias, como toda creación o noción humana. Hay otras cosas que tampoco vemos y a las que nos sometemos: loterías, horóscopos, ideologías. El Halloween, visto de cerca o de lejos, es también un juego entre serio por lo comercial y de fantasía puesto que todos los actos del mundo son mágicos: un beso, un poema, un libro, un caramelo, un suspiro, una risa, una agonía, la Resurrección de Cristo, la ruleta, la Bola de Cristal, un jardín, un rey, la música. Claro que la excesiva celebración del Halloween es una muestra perfecta de ingenuidad para quienes compran sus productos cuya excelencia es anunciada por los mismos que los venden.