Granja de Trolls y la manipulación de la opinión pública

Por Josué Navarrete | [email protected]
Las fábricas de trolls se están convirtiendo en una herramienta cada vez más utilizada para manipular las opiniones en línea y generar una apariencia de apoyo a una causa, individuo o política específica.

Las fábricas de trolls son entidades organizadas que inundan las redes sociales y otras plataformas de Internet con comentarios, publicaciones y otro contenido con el propósito de apoyar una agenda política en particular.

“El poder de las fábricas de trolls reside en la gran discreción con la que operan y, por lo tanto, es obvio que hay poca o ninguna información sustancial sobre las fábricas de trolls presentes en Internet.” Estas organizaciones operan mediante el uso de cuentas individuales, lo que significa que el usuario promedio no puede distinguir si un comentario proviene de una persona real o de una cuenta falsa creada por una fábrica de trolls. Además de inundar las redes sociales con comentarios y publicaciones, las fábricas de trolls también se involucran en la difusión de noticias falsas. Esto significa que a menudo comparten información falsa presentada como auténtica, lo que puede influir significativamente en la opinión pública.

Amenazas a la Democracia

Las fábricas de trolls representan una amenaza clara para la democracia. Al igual que con cualquier forma de propaganda, pueden ser utilizadas para influir en la opinión pública y manipular el resultado de las elecciones. Las fábricas de trolls pueden ser utilizadas por una variedad de entidades, incluyendo estados, actores no estatales, e incluso investigadores que realizan experimentos sociales.

¿Por Qué Hay Tan Poca Información Sobre las Fábricas de Trolls?

La razón por la que hay tan poca información sobre las fábricas de trolls en Internet es simple: deben ser encubiertas e indetectables para ser eficaces.

El “Centro de Trolls” de Mayra Salaza

Mayra Salazar es una comunicadora que ha sido acusada de operar un pequeño “centro de trolls” en el que difundía mensajes en las redes sociales a través de cuentas con una gran cantidad de seguidores.  Las cuentas falsas utilizadas por las fábricas de trolls a menudo tienen miles de seguidores y han sido creadas hace mucho tiempo. En el caso de Mayra Salazar, se encontraron dos cuentas, @JenPPP y @JacintoMerchan, que habían sido utilizadas para difundir mensajes en las redes sociales. Las cuentas utilizadas por las fábricas de trolls a veces pertenecían a personas famosas, que luego se vuelven inactivas por años antes de ser reactivadas para ser utilizadas por la fábrica de trolls.

Una Cuenta Para Espiar

Según la Fiscalía en el caso de Mayra Salazar, vendió una cuenta de Instagram con 126.000 seguidores a Leandro Norero, quien quería usar la cuenta “para sapear”.

Las fábricas de trolls son una herramienta cada vez más común para manipular la opinión pública en línea. Aunque pueden ser difíciles de detectar, su impacto en la democracia y la difusión de noticias falsas es innegable. Para protegerse de las fábricas de trolls, es importante estar alerta a las noticias falsas y verificar siempre la información antes de compartirla.

El Trolling como Modelo de Negocio

Para identificar, analizar y exponer a los trolls y las campañas de trolling, necesitamos entender cómo el trolling se convirtió en un modelo de negocio.

A finales de los años 80 y principios de los 90, el término trolling se utilizaba para definir el comportamiento de los usuarios y burlarse de los recién llegados – era parte de la cultura de Internet. Surgieron comunidades en línea como 4chan y otros foros de Internet donde el trolling era parte del comportamiento esperado.

Cuando llegaron las redes sociales, algunos usuarios ya estaban familiarizados con el comportamiento de los trolls en línea. Pero muchos no lo estaban, y tuvieron su primer encuentro con esta subcultura. A medida que Internet se expandió, el trolling se cruzó con comportamientos sociales extremos, incluyendo el acoso y el acecho, y fue utilizado por aquellos que sufrían de trastornos psicológicos.

Finalmente, los gobiernos y los funcionarios políticos “armaron” el trolling para atacar a sus enemigos, la oposición y los medios de comunicación. En 2014, se filtraron correos electrónicos que revelaban la creación de un ejército de trolls de Internet por parte del régimen chino: el llamado Ejército de los 50 Centavos empleaba al menos a 500.000 trolls de Internet para dejar comentarios falsos en artículos de noticias y redes sociales.

Para 2017, se estimaba que el ejército había aumentado a dos millones de personas. El objetivo de esa masiva operación era ahogar las conversaciones e información consideradas indeseables para el régimen, mientras se vitoreaba al gobierno y al Partido Comunista Chino.

El trolling ha evolucionado para convertirse en un componente de las operaciones de información y las estrategias militares.

A medida que se exponían otras operaciones de astroturfing como parte de la guerra cibernética, se empezaron a publicar más investigaciones e informes.

En 2016, Letonia se enfrentó a una forma de guerra híbrida de Rusia que incluía el trolling en línea. En un informe de la OTAN sobre el caso letón, los analistas destacaron la diferencia entre los trolls clásicos (gestionados por uno o más humanos) y los trolls híbridos (parcialmente automatizados y parcialmente gestionados por humanos).

Durante las elecciones de Estados Unidos en 2016, la Agencia de Investigación de Internet de Rusia (IRA) llevó a cabo una agresiva campaña para perturbar las elecciones de Estados Unidos utilizando cuentas falsas de redes sociales que trolleaban a Hillary Clinton y a sus seguidores. Los investigadores también documentaron cómo la IRA se convirtió en parte del manual de interferencia electoral del Kremlin que se dirige a las elecciones en todo el mundo. En 2018, la IRA fue acusada por fiscales federales de Estados Unidos de interferir en el sistema político de Estados Unidos a través, esencialmente, de trolling y desinformación. El trolling ha echado raíces en los sistemas políticos de otros países. En Filipinas, es común que las campañas contraten agencias de marketing que se especializan en utilizar trolls para difundir propaganda y atacar a la oposición. El trolling ha evolucionado para convertirse en un componente de las operaciones de información y las estrategias militares. Las granjas de trolls y las fábricas de trolls en pequeños países europeos y partes de Asia pueden producir contenido falso a gran escala. Un modelo similar existe en América Latina, donde las agencias digitales crean fábricas de trolls con fines electorales, como se vio en la última elección presidencial de México. Hoy en día, el trolling profesional es un negocio global.

Cómo los Trolls tienen su alcance

No todos los trolls son iguales, pero hay algunos comportamientos consistentes – y tácticas – que emplean. Los más comunes son:

– Amplificación a través de las redes sociales: Los trolls utilizan las plataformas de redes sociales para difundir sus mensajes, a menudo creando múltiples cuentas o empleando bots automatizados para amplificar su contenido. Al generar likes, compartidos y comentarios, los trolls pueden manipular los algoritmos de las plataformas para hacer su contenido más visible y llegar a audiencias más grandes.

– Secuestro de hashtags: Los trolls monitorean hashtags de tendencia o crean los suyos propios para difundir desinformación o acosar a individuos específicos. Esto les permite inyectar sus mensajes en conversaciones populares y ganar más exposición.

– Manipulación emocional: Los trolls a menudo utilizan un lenguaje emocionalmente cargado y contenido provocativo para provocar fuertes reacciones en los usuarios.

La llamada “cultivo de la ira” es muy común.

Astroturfing: Los trolls crean la ilusión de apoyo popular para una causa, idea o narrativa en particular al coordinar un gran número de cuentas falsas. Esta táctica puede hacer que sus campañas de desinformación parezcan más creíbles y crear la aureola de apoyo popular.

– Dirigirse a individuos influyentes: Los trolls pueden dirigirse a celebridades, políticos o individuos de alto perfil para aprovechar sus seguidores y ganar más atención.

– Creación y difusión de memes: Los trolls utilizan memes humorísticos o provocativos para difundir desinformación o contenido ofensivo. Los memes se vuelven virales rápidamente, llegando a grandes audiencias.

– Deepfakes y medios manipulados: Los trolls pueden utilizar tecnología avanzada para crear videos, imágenes o grabaciones de audio falsas para difundir desinformación, desacreditar a individuos o alimentar teorías de la conspiración.

– Explotar divisiones existentes: Los trolls a menudo capitalizan las divisiones sociales, como las diferencias políticas, religiosas o culturales, para amplificar la discordia y polarizar las discusiones en línea.

Josué Navarrete G.
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