Richard y Neisi son de oro

LUIS COELLO KUON YENG
LUIS COELLO KUON YENG

Richard Carapaz y Neisi Dajomes nos llenaron de plena felicidad al conseguir cada uno una medalla de oro en los Juego Olímpicos de Tokio. Nuestra Bandera y nuestro Himno en lo más alto del podio mundial. El Olimpo como dirían los expertos, abrió sus puertas a estos guerreros deportivos. Mi mayor admiración hacia ellos por dejar claro que las cosas no se consiguen con solo desearlas, hay que luchar  y mucho por conseguirlas.

Sin embargo no todo es diáfano. El medallista carchense declaró que: “El oro me pertenece, en Ecuador nunca han creído en mí, festejaré con quienes me apoyaron”. Sus declaraciones han sido el detonante durante todo el desarrollo de las olimpiadas japonesas. Claramente él no se refiere en sí al pueblo ecuatoriano, al contrario, él enfiló sus palabras hacia  las irregularidades que se dan para con los deportistas. La falta de indumentaria adecuada para entrenar y para participar, la carencia de apoyo al deporte en general, la ausencia de incentivos económicos que permitan subsistir, la falta de entrenadores a lado para guiarlos o para tramar una estrategia para el perfomance del evento, y claro el sinnúmero de personas que viajan anexas a la delegación que nada tienen que ver con lo que realmente  representan estos juegos; el deporte competitivo.

Las medallas olímpicas de Ecuador son solo 5 obtenidas por Jefferson Pérez, Richard Carapaz, Neisi Dajomes y Tamara Salazar muestran que en deportes estamos demasiado rezagados con relación a otros países. En cuanto a disciplinas deportivas grupales no veo una posible obtención de medallas, sin embargo es momento ya de dejar de echar culpas a administraciones anteriores  y trazar una ruta de apoyo masivo al deporte nacional. Es claro el hecho de que no todos tenemos argumentos físicos ni técnicos para dedicarnos a ser deportistas de alta competencia, pero material humano sí hay. Es por eso que la masificación del deporte y el apoyo irrestricto a los que desean dedicarse y consagrar su vida a esa justa deportiva, deben ser estimulados y apoyados.

Urge que las instituciones sean administradas por personas probas, que no estén para las fotos y sus redes sociales, sino que realmente trabajen para que en futuras competiciones nuestros deportistas puedan realizar sus actividades de forma técnica y compitan en igualdad de condiciones con otros países. Más apoyo, más medallas.