El impacto psicológico de un terremoto en los niños

Los niños son más vulnerables a los efectos psicológicos de un terremoto que los adultos, el estrés y la ansiedad resultantes de un terremoto pueden ser especialmente difíciles de sobrellevar para los niños.

Las catástrofes naturales que los niños experimentan a diario -desde tornados hasta huracanes- no suelen tener un impacto duradero. Pero los terremotos pueden ser otra historia. Cuando los niños se ven atrapados en medio de un gran terremoto, pueden experimentar una serie de efectos secundarios graves. Pero, ¿cómo puede afectar exactamente un terremoto a la psicología de un niño? Veamos los seis efectos secundarios más comunes que puede provocar un terremoto.

Aumento de la ansiedad

La ansiedad es uno de los efectos secundarios más comunes de un terremoto. Los niños suelen decir que tienen una sensación de pánico, miedo o ira después del terremoto. Esto se debe en gran medida a que tienen poco o ningún control sobre lo que está sucediendo. La imprevisibilidad asociada a los terremotos puede crear una sensación de impotencia y pánico en los niños.

Depresión

Un terremoto puede hacer que un niño se deprima. A menudo, el niño se culpará a sí mismo por el desastre natural y se percibirá como la causa. El niño puede empezar a sentirse culpable o avergonzado por lo ocurrido. El niño también puede empezar a alejarse de sus amigos y familiares porque se avergüenza de tener miedo o le preocupa el qué dirán.

Trastornos del sueño

Los niños que sufren un terremoto suelen tener problemas para dormir y les cuesta conciliar el sueño. Y cuando se quedan dormidos, es más probable que tengan pesadillas o interrupciones del sueño.

Aumento de la irritabilidad

Los niños que han sufrido un terremoto pueden tener más dificultades en la escuela, estar más irritables y mostrar signos de depresión. Los terremotos suelen provocar la pérdida del hogar y de los sistemas de apoyo de la comunidad, lo que puede provocar sentimientos de aislamiento. Los niños también pueden sufrir un trastorno de estrés postraumático (TEPT) como consecuencia de un terremoto.

Cambios en los hábitos alimenticios y de sueño

Uno de los efectos secundarios más comunes que puede experimentar un niño tras un terremoto son los cambios en sus hábitos de alimentación y sueño. Después de sufrir un terremoto, los niños pueden tener problemas para dormir o comer. La falta de sueño puede provocar otros problemas, como la falta de concentración en la escuela. También es posible que no quieran comer, lo que puede provocar desnutrición.

Confusión y problemas de memoria

Un terremoto puede ser un acontecimiento traumático para cualquier persona. Cuando los niños están en medio de un terremoto, pueden confundirse o tener problemas de memoria. Cuando estamos estresados, nuestra memoria no es la mejor. Un terremoto es un acontecimiento muy estresante y confuso. Cuando los niños experimentan un terremoto, pueden olvidar lo que ocurrió justo antes del terremoto y no recordar lo que ocurrió durante el propio terremoto. Los niños también pueden tener dificultades para concentrarse en tareas específicas y pueden tener problemas para concentrarse en algo durante largos períodos de tiempo.

Conclusión

Los terremotos son un acontecimiento traumático para cualquier persona, pero pueden tener un impacto psicológico especial en los niños. Pueden tener problemas para dormir, pueden tener pesadillas, pueden experimentar irritabilidad e incluso pueden tener cambios en sus hábitos alimenticios y de sueño. Pero con el apoyo adecuado de la familia y los amigos, estos problemas pueden tratarse y los niños pueden recuperarse de su trauma.(IA)