Zonas rurales en peligro por la creciente de los ríos

Las zonas rurales se encuentran en un estado de vulnerabilidad ante los embates de los fenómenos naturales. Las intensas lluvias y las crecidas de los ríos han puesto en jaque la subsistencia de estas poblaciones, dejando a su paso un rastro de cultivos arrasados y medios de vida comprometidos.

La comunidad Chachi, asentada en las riberas del río Cayapas, ha sido testigo de esta realidad desgarradora. Sus líderes alzan la voz para alertar sobre la situación de riesgo que enfrentan y la necesidad inaplazable de adoptar medidas efectivas.

«Toda la población Chachi se ubica en las orillas de los ríos, nuestras comunidades están levantadas al filo del agua. Cada vez que llueve con intensidad, los ríos se desbordan e inundan nuestros territorios», explica un portavoz de la comunidad.

Cultivos arrasados: un golpe a la economía familiar

Los estragos causados por las inundaciones son palpables en los cultivos, pilar fundamental de la economía familiar Chachi. Las plantaciones de plátano, cacao, frutales y las chacras de maíz han sido arrasadas por la fuerza impetuosa de las corrientes, dejando a numerosas familias sin sus principales fuentes de sustento.

«Nuestros cultivos han sido devastados, y esto está diezmando la situación económica de nuestro pueblo. Dependemos de ellos para nuestra subsistencia diaria», lamenta otro miembro de la comunidad. Ante esta crisis, los líderes Chachi han solicitado repetidamente la intervención del gobierno y la Secretaría de Gestión de Riesgo. Sin embargo, hasta el momento, las respuestas han sido insuficientes, dejando a las comunidades en un estado de incertidumbre y desesperanza.

«Hemos enviado información detallada sobre la situación a las autoridades, pero no hemos recibido una respuesta adecuada. Necesitamos ayuda urgente, ya sea en forma de alimentos, medicinas o materiales para reparar los daños», clama un representante de la comunidad.

Impacto en la educación y la salud

Las inundaciones no solo han afectado los medios de vida, sino también la infraestructura comunitaria esencial.

Las aulas escolares, centros de salud y viviendas han sufrido daños considerables, comprometiendo el acceso a la educación y los servicios de atención médica.

«Los estudiantes se enfrentan a dificultades para asistir a clases debido a las condiciones climáticas adversas. Además, las instalaciones de salud han sido afectadas, dejando a los más vulnerables sin atención adecuada». A pesar de las adversidades, la comunidad Chachi ha demostrado una notable resiliencia.  Han implementado estrategias de gestión de riesgos, educando a su pueblo en la identificación de amenazas y la difusión de información sobre situaciones de emergencia.

«Estamos capacitando a nuestra gente en gestión de riesgos para que puedan reconocer las amenazas y comunicar oportunamente las situaciones de peligro. Esto nos permitirá responder de manera más efectiva».

Es imperativo que las autoridades gubernamentales, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil unan esfuerzos para brindar asistencia humanitaria y desarrollar estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.(DLH)