6 mitos sobre el trabajo que nos impiden relajarnos y disfrutarlo

A veces es mejor cambiar la configuración, no la profesión.

1. Si has encontrado el trabajo de tu vida, siempre serás feliz

Hay una frase conocida «Elige un trabajo a tu gusto, y no tendrás que trabajar ningún día en tu vida». Se cree que si realmente te gusta lo que haces, correrás a a trabajar con los ojos ardientes todos los días, y por la noche serás reacio a salir de allí. Y, por supuesto, ser feliz cada minuto entre estos momentos. Y si de repente se siente anhelo y atormentación, entonces, probablemente, no es el asunto tuyo.

Tal enfoque a veces anima a las personas a cambiar sus áreas de empleo con los primeros síntomas  de disgusto hacia lo que hay sin darse cuenta que, de hecho, incluso el trabajo querido no siempre es una fiesta.

Los humanos, somos complejos, muchos factores afectan a nuestro estado de ánimo. Una persona puede cansarse, enfadarse en algún otro lugar y transferir estas emociones al trabajo. Pero la actividad en sí, incluso la favorita, no siempre tiene que gustarse. La mayoría de nosotros tenemos tareas agradables y odiosas. Por ejemplo, una persona puede estar dedicada a una profesión creativa, pero al final del mes es inevitable rellenar informes, y no puede soportarlo. ¿Se devalúa todos los demás días buenos?

Es como una relación: nos enamoramos de personas imperfectas. Sus virtudes nos complacen, nos llevamos bien con sus deficiencias. Pasa que la pareja a veces nos pone tristes o enfadados, pero eso no significa que hayamos tomado la decisión equivocada, solo estamos vivos. Al igual que en el trabajo. Así que si periódicamente te cansas y te decepcionas de lo que haces, puede que no signifique nada, solo un día así.

2. Necesitas talento para tener éxito

Las personas realmente nacen con diferentes habilidades. “no juzgues a un pez por su habilidad de subir los árboles – hay monos para ello.” Algunas tareas se dan fácilmente a algunos, otras tienen que hacer más esfuerzo. Y si una persona dotada aparece en el campo de visión, puede parecer a los demás que ni siquiera deberían intentarlo, no podrán competir. Es solo parcialmente cierto. Para tener éxito, el talento debe ir acompañado de perseverancia y un poco de suerte. De lo contrario, a larga distancia, los menos dotados, pero más trabajadores, evitarán a las personas perezosas con talento.

Y no todo el mundo tiene que ser brillante. En la mayoría de los puestos, basta con trabajar de buena fe para cerrar las tareas y crecer.

3. Cuanto más trabajes, mejor será el resultado

Muchas personas que se queman con su trabajo pueden trabajar de mañana a noche y los fines de semana también, porque parece que la relación entre las horas gastadas en los negocios y el resultado es directa. Esto puede funcionar a corta distancia cuando hay proyectos complejos o el negocio va a otro nivel. Pero no hay necesidad de subestimar el poder del descanso en absoluto. El agotamiento no es una excusa para los hombres perezosos, sino un diagnóstico con el que se puede obtener una baja por enfermedad en algunos países. El estrés prolongado no hace que nadie sea más saludable y feliz. En este estado, la eficiencia laboral disminuye, por lo que puede convertirse en un camino a ningún lado.

Fíjate que el caballo de la granja fue el que más trabajó, pero nunca se convirtió en el presidente. Por lo tanto, es importante no perder la cabeza, sino pensar cómo trabajar para que tanto el resultado como el estado psicológico sean consistentemente buenos.

4. Un buen resultado es el que se obtuvo con mucho esfuerzo

Muchos de nosotros tenemos la actitud de que todo lo que vale la pena solo se puede obtener si nos cansamos del proceso de obtener ello. Y si alguna tarea fue fácil para nosotros, es porque nos esforzamos mucho. Tal actitud es perfecta para envenenar la vida de quien sea.

De hecho, es bastante normal cuando muchas tareas se resuelven fácilmente. Especialmente si has estado trabajando durante años. Es natural que poco a poco te vuelvas más experimentado, aprendas más, y lo que solía tomar tus días ahora se puede hacer en horas. La fatiga y el tiempo invertido no determinan en absoluto el valor del resultado.

5. Siempre debes esforzarte para mejorar

No es coincidencia que la escalera de carrera se llame escalera, solo se puede subir a ella, evolucionando día a día. Al menos eso es lo que cuenta. Y a muchas personas les preocupa no conseguir un puesto más alto, aunque en realidad no lo quieran. Al convertirse en jefe, el empleado recibe otras responsabilidades. En primer lugar, dedica mucho tiempo a las tareas de gestión y gasta menos de lo que se dedicaba anteriormente. Y luego hay un dilema: por un lado, a una persona le gustan sus deberes habituales, por otro lado, parece que no crece como la gente espera de él.

Pero es mejor confiar en ti mismo, no en las opiniones de los demás, no todo el mundo puede ser jefe, y no es necesario. Y los ingresos y la marca personal se pueden crecer, desarrollarse horizontalmente, ganando más habilidades en su posición, si este es el caso que le agrada.

En general, si tienes las ambiciones de un líder, atrévete. Si no, deja la autoflagelación, a veces un artista genial cuesta como los cinco jefes.

6. El trabajo «para el tío» es esclavitud, cada uno necesita su propio negocio

Otra declaración frustrante que sugiere que el empleo es de segunda clase. Muchas personas se sienten incómodas debido a esto, especialmente teniendo en cuenta que el espíritu empresarial ahora se anuncia desde cada hierro.

Pero ser empresario, así como jefe, no es para todos. No porque algunos sean peores y otros mejores, es solo que la gente es diferente. Contratar está bien, puedes conseguir más aquí que en los negocios. Si no estás ansioso por empezar tu propio negocio, también estás bien. (T. S)