FABRICIO GUERRERO
El año pasado con las reformas al Código de la Democracia se planeó eliminar la violencia política y asegurar la participación de la mujer. Las elecciones por la Asamblea Nacional del pasado 7 de febrero fueron las primeras que contaban con una norma para asegurar la alternabilidad de género. No obstante, los resultados en cuanto a paridad de género dejan un mal sabor de boca que lamentablemente, no resulta desconocido para el Ecuador, pero si nos deja preguntándonos ¿Dónde están las mujeres?
El 40% de los candidatos a reelección eran mujeres, pese a ello solo cinco fueron reelectas. Inclusive, provincias como Cañar, Carchi, Sucumbíos, Pastaza y Galápagos no lograron que ni una mujer tuviera un puesto en la Asamblea. Sin embargo ¿Por qué se da esto? Para una de las pocas candidatas reelectas Wilma Andrade (Izquierda Democrática), la razón recae en las organizaciones políticas que, según lo que dijo la asambleísta, destinan las provincias con menor influencia a las candidatas del género femenino.
Si analizamos las listas de las 5 fuerzas políticas actuales en la Asamblea, nos encontramos con que la Izquierda Democrática, el Partido Social Cristiano y la Unión por la Esperanza son los partidos más próximos a una paridad de género dado los curules alcanzados. A pesar de que Rina Campaín fue una de las pocas mujeres que ganaron la reelección al igual que Wilma Andrade, el caso de CREO es similar al de Pachakutik. Aun cuando Pachakutik resurge como la segunda fuerza política en la asamblea, al igual que el movimiento CREO, a la hora de reducir la diferencia de género entre sus curules, fallaron.
¿Por qué es tan difícil conseguir la paridad en la política? Para Ruth Hidalgo (Directora de Participación Ciudadana) la violencia política “está limitando la participación política de las mujeres, las está deteniendo en su derecho a ganar espacios de decisiones política y de toma de decisiones importantes”. Esto se evidencia cuando las mujeres ocupan solo 18 de 221 municipios, 4 de 23 prefecturas y actualmente, solo 52 de 137 curules en la Asamblea, es decir, solo el 38%.
Si recordamos los binomios que han ganado o al menos llegado a segunda vuelta los últimos años nos encontramos con que todos han sido masculinos. Es más, solo el 21% de los candidatos ha binomios han sido mujeres en la últimas dos décadas. Desde que Lucio Gutiérrez fue echado del poder, solo 5 se han atrevido a ir por la presidencia, entre ellas están Martha Roldós, Cynthia Viteri y Ximena Peña.
La paridad de género es la característica de un buen gobierno, la muestra de un desarrollo sostenible e indicio de una sociedad inclusiva que evita el estancamiento con éxito. Basándonos en el monitoreo de la Corporación Participación Ciudadana, en la comunidad ecuatoriana existe una tendencia a ser más violento contra el candidato o el funcionario público cuando esta es mujer.
Imagínate que para el 2025 tenemos que llegar al 50% de las listas encabezadas por mujeres, pero el 2021 no se logró ni con la meta del 15%. El próximo reto del Ecuador está en alcanzar un 30% en el 2023 aun cuando ya le quedó debiendo representación a las mujeres el 2021 ¿Podrá hacerlo o se estancará en el intento? Al menos por ahora, la paridad seguirá siendo un pendiente para el Ecuador.